Dirección: Florian Zeller.
Guión: Florian Zeller y Christopher Hampton (Historia: Florian Zeller).
Música: Ludovico Einaudi.
Fotografía: Ben Smithard.
Reparto: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Rufus Sewell, Imogen Poots, Olivia Williams, Mark Gatiss.
Anne (Olivia Colman) intenta encontrar a una asistenta que cuide de su padre, Anthony (Anthony Hopkins), que vive solo y es ya muy mayor, pero él cree que no necesita a nadie y puede valerse por sí mismo.
El padre (2020) afronta un tema tan delicado y doloroso como la demencia senil, por lo que es un film bastante duro de digerir, especialmente para todos aquellos que han debido pasar por situaciones parecidas a las que describe la película. A pesar de la elegancia con la que trata el tema Florian Zeller, el resultado es un relato demoledor.
Hay dos maneras de afrontar la manera de contar una historia así. La más convencional, y que sería la que nos viene a la cabeza inmediatamente, es un relato donde vayamos viendo, desde fuera, el declive de Anthony. Sin embargo, Zeller opta por un enfoque diferente que resulta mucho más contundente: vivimos el declive de Anthony desde dentro, haciendo que veamos los hechos desde su perspectiva. Al principio resulta algo confuso, pues asistimos a sucesos que no sabemos bien si son verdad porque se contradicen aparentemente entre sí. Poco a poco, las piezas van encajando. Lo que sucede es que el director ha optado por confundir al espectador sobre la realidad, el paso del tiempo, los recuerdos y las personas de la misma manera que sucede en la mente enferma del protagonista. El resultado es que durante buena parte de la película estamos tan despistados como Anthony sobre quién es la persona que está sentada en su salón, por ejemplo, o sobre los planes de su hija, que afirma que va a irse vivir a París y momentos después lo niega. Al igual que él, luchamos por averiguar qué está sucediendo en su vida.
Es un enfoque sin duda muy inteligente y la manera más precisa y sencilla de ponernos en la piel de Anthony ya que, como él, pasamos buena parte de la película preguntándonos qué es real y qué no y al final comprendemos exactamente el sentimiento de desorientación del protagonista.
Filmada con un ritmo pausado, sin prisas, y con suma elegancia, Florian Zeller no se deja llevar por lo melodramático, no carga las tintas con escenas fuertes, sino que todo transcurre con aparente normalidad dentro del deterioro del anciano. No necesita de efectismos baratos ya que la fuerza de lo que describe, unido a la manera en que lo hace, son lo bastante claras para que el mensaje nos sacuda con la fuerza necesaria para no dejarnos indiferentes.
Además, el director cuenta con la ayuda inestimable de Anthony Hopkins, premiado con el Oscar por un trabajo preciso y sobrio, salvo algunas pequeñas licencias con la risa nerviosa, con lo que el resultado es impecable; lo mismo que Olivia Colman, conmovedora sin histrionismos, de una naturalidad en el dolor que te taladra. Y a pasar de su breve intervención, me gustaría también destacar a Imogen Poots, que me parece una actriz con un encanto especial.
No creo que sea recomendable para según qué clase de personas, pero aquellos que se atrevan con El padre seguramente, a pesar de lo doloroso del relato, encontrarán que se trata de un film sincero, sensible y tremendamente acertado en su manera de tratar un tema tan complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario