El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 28 de marzo de 2023

Tu casa o la mía



Dirección: Aline Brosh McKenna.

Guión: Aline Brosh McKenna.

Música: Siddhartha Khosla.

Fotografía: Florian Ballhaus.

Reparto: Reese Witherspoon, Ashton Kutcher, Jesse Williams, Zoë Chao, Wesley Kimmel, Griffin Matthews, Rachel Bloom, Shiri Appleby, Vella Lovell, Tig Notaro, Steve Zahn.

Debbie (Reese Witherspoon) y Peter (Ashton Kutcher) son muy buenos amigos desde hace veinte años. Ella vive en Los Ángeles y él en Nueva York, pero mantienen el contacto casi a diario. El día que Debbie tiene que pasar una semana en Nueva York para hacer un cursillo, Peter se ofrece a cuidar de su hijo.

Tu casa o la mía (2022) es una de esas comedias que te dejan un buen sabor de boca. Terminas de verla y te sientes optimista. Es verdad que sabemos que se trata solamente de una fantasía, que las cosas no suelen suceder cómo nos cuenta la película, pero es gratificante imaginar que podría ser posible, que tal vez haya personas que han tenido la misma suerte que Debbie y Peter.

Es verdad sin embargo que el argumento de Tu casa o la mía es un tanto rebuscado y muy poco realista y cuesta tomárselo demasiado en serio. Tanta perfección es más que dudosa: ella aprueba el exámen, liga con un importante editor, encuentra un buen trabajo en algo que le apasiona, Peter ve publicado su libro, Jack (Wesley Kimmel) logra jugar al hockey y al fin Debbie y Peters comprenden que se aman (curiosamente ambos al mismo tiempo) y dan el paso que les faltaba dar.

Sí, todo es tan perfecto que no me extraña a que ciertas personas les pueda dar alergia. Pero al fin y al cabo creo que es lo que se le suele pedir a una comedia romántica: que nos ofrezca una ilusión de felicidad, la prueba de que se puede ser feliz y encontrar el amor, aunque solo sea en la ficción. Podría decirse que estas películas tienen mucho de ciencia ficción pero, al menos que uno esté amargado sin remedio, un mensaje positivo siempre viene bien.

Pero todo esto tampoco debe cegarnos e impedir ver las carencias de la película, que las tiene mas allá de ser un cuento de hadas tan perfecto. Por ejemplo, los personajes secundarios, que suelen jugar un rol importante en este tipo de historias, en esta ocasión están bastante desaprovechados y no funcionan nada bien. Por ejemplo, la amiga de Debbie, Alicia (Tig Notaro), se pasa toda la película bebiendo café, lo que no sé que tiene de gracioso, y prácticamente no aporta nada a la historia. Y lo mismo sucede con Zen (Steve Zahn), el vecino jardinero, otro adorno insustancial que además llega a resultar un tanto patético.

Además algunas bromas son demasiado simples y el recurso de que los protagonistas hagan las mismas cosas a la vez, mostrándolo con la pantalla partida, está bien en algún momento, pero repetirlo demasiado no creo que sea buena idea.

En cambio, Reese Witherspoon conserva el encanto de su juventud y resulta atractiva sin exagerar y aporta naturalidad a su personaje. En cuanto a Ashton Kutcher), creo que podemos decir algo similar a lo de su compañera: es atractivo sin resultar demasiado perfecto, con lo que encaja bastante bien en su papel, aunque no aporta la misma frescura que Reese.

Pero, lo principal creo que es que Tu casa o la mía cumple con su cometido, pues es entretenida; está muy bien construida en todos los apartados; no es especialmente divertida, pero al menos no cae en chistes vulgares o excesivos, sino que se mantiene en un nivel de buen gusto y discreción; y al final funciona por su mensaje optimista que, aunque un tanto increíble, nos convence porque es lo que queremos, dejarnos seducir por una visión idealizada y hermosa de la naturaleza humana, de la vida y el amor.

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