Dirección: Jon Watts.
Guión: Jon Watts y Christopher Ford.
Música: Phil Mossman.
Fotografía: Matthew J. Lloyd y Larkin Seiple.
Reparto: Kevin Bacon, James Freedson-Jackson, Hays Wellford, Camryn Manheim, Shea Whigham.
Travis (James Freedson-Jakson) y Harrison (Hays Wellford), dos niños de unos diez años que han huido de sus casas, se encuentran un coche de policía en el campo y cuando encuentran las llaves en su interior no pueden resistir la tentación de conducirlo.
Coche policial (2015) es un interesante y original thriller que funciona bastante bien en su simplicidad, donde todo lo superfluo desaparece para centrarnos de lleno en un clima de suspense muy eficaz.
El comienzo de la película es especialmente brillante, logrando captar con maestría la mentalidad ingenua de los niños, con su desconcertante lógica y su inocencia. Además, los guionistas le dan al comienzo unos toques de humor tan precisos como consecuentes, tanto por parte de los niños como con el retrato de Kretzer (Kevin Bacon), un policía corrupto que se mueve entre el ridículo y la crueldad de manera muy sugerente.
A partir de ahí, la historia baja un poco de nivel, si bien Jon Watts consigue mantener el interés manejando bien las situaciones que basculan entre las aventuras de los pequeños con el coche (la secuencia en la que juegan con las armas del policía tiene la frescura de una travesura con el suspense del peligro que corren los niños en su inconsciencia) y la desesperación del policía en su intento de ocultar la pérdida del coche y qué decisiones tomar para salvar el pellejo.
El relato entonces llega a su momento álgido con la aparición del delincuente encerrado en el maletero, que desencadenará un desenlace realmente intenso. Es verdad que algunas decisiones del director en cuanto al desarrollo del mismo me parecen poco apropiadas y creo que habría sido mucho mejor terminar la película en el momento en que finaliza el tiroteo. Cerrar entonces la historia con los niños en el coche policial habría sido quizá mucho más elegante y preciso que la prolongación un tanto forzada y de una crueldad innecesaria.
En todo caso, el reparto me pareció un gran acierto, especialmente al contar con Kevin Bacon, un actor que se mueve especialmente bien en papeles de malvado pasado de vueltas. Además, los dos niños resultan también perfectos, con esa inocencia que nacía de sus actuaciones con gran naturalidad.
Sin ser un thriller excepcional, Coche policial me pareció una propuesta realmente original y que Jon Watts sabe desarrollar con eficacia. Sorprendente y muy recomendable.
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