El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 15 de marzo de 2023

Un día inesperado



Dirección: Gil Junger.

Guión: Christina Welsh.

Música: Adrian Johnston.

Fotografía: Giles Nuttgens.

Reparto: Jennifer Love Hewitt, Paul Nicholls, Tom Wilkinson, Lucy Davenport.

Samantha (Jennifer Love Hewitt) está muy enamorada de Ian (Paul Nicholls), pero un día decide romper su relación cansada de la poca atención que le presta Ian, más preocupado por su trabajo que por ella. Pero esa misma noche Samantha muere en accidente de tráfico. Sin embargo, a la mañana siguiente, Ian se encuentra que ella está en la cama, a su lado.  

Antes de nada, si aún no has visto la película no leas lo que sigue para que no se estropee el misterio de esta historia.

Un día inesperado (2004) arranca con dificultad. Los primeros minutos no parecen demasiado acertados, dando una imagen de Samantha algo cargante, cuando en teoría no debería ser así; pero sus reacciones parecen algo forzadas y hasta atosiga demasiado a Ian. La idea era mostrar la implicación de ella en la relación en contraste con un novio, menos comprometido y más egoísta, pero el resultado no es del todo el deseado.

Sin embargo, pronto el film se recupera de este inicio y empieza a captar nuestro interés con la figura del taxista (Tom Wilkinson). Entonces la historia adquiere una nota de misterio, un toque fantástico que culmina con la muerte de Samantha y su resurrección a la mañana siguiente.

Como en Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993), los protagonistas vuelven a empezar el día anterior como si nada. Pero aquí se acaban las similitudes, pues Ian y Samantha solo revivirán el día una vez y aquí no hay comedia, sino un drama romántico de alto voltaje.

El destino le concede a Ian una segunda oportunidad para hacer las cosas bien con Samantha, para no desaprovechar la suerte que ha tenido al haberla conocido y tenerla a su lado. E Ian ha aprendido la lección y dedica el día a demostrarle su amor a Samantha. Además, se abre a ella y le cuenta por fin cosas de su pasado. Ha perdido el miedo y la vergüenza, ha dejado de preocuparse por el futuro, pues sabe que no tiene sentido hacerlo, y decide vivir el día como si fuera el último para ambos, ya que así será. Al final del día, Ian le confiesa a Samantha que al fin ha aprendido lo que es el amor, gracias a ella. Y en un último acto de entrega, Ian le salva la vida a costa de la suya.

Como vemos, la historia es tremenda, un drama como pocas veces se ve en el cine. Tal vez porque el peligro de caer en tópicos y excesos es muy grande. Pero el acierto de Gil Junger es que, sin perder un ápice de intensidad en la historia, que nos pone al límite en más de una ocasión, logra no caer en la mediocridad o la sensiblería barata. Su relato, aún con esas notas fantásticas por la figura premonitoria del taxista, resulta absolutamente consecuente, claro, preciso y cargado de sentido común. Es verdad que la imagen del amor resulta absolutamente perfecta, lo que podría debilitar el mensaje, pero el discurso es tan coherente y la interpretación de los protagonistas tan convincente, aunque por momentos Jennifer puede resultar algo empalagosa, que todo encaja sin grietas y el mensaje llega sin problemas y es imposible no comprender la verdad de lo expuesto.

Un día inesperado seguramente no convencerá a todo el mundo, pues un tema como el del amor siempre es complicado que sea recibido por todos con el mismo espíritu. Sin duda, deberían abstenerse los cínicos o resentidos y todo aquel que tenga muy anclados los pies en la tierra. Pero los amantes de los mensajes hermosos, los sueños y fantasías, los optimistas y los románticos sin reservas disfrutarán de una película intensa y directa. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario