El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 16 de marzo de 2023

El último golpe



Dirección: David Mamet.

Guión: David Mamet.

Música: Theodore Shapiro.

Fotografía: Robert Elswit.

Reparto: Gene Hackman, Danny DeVito, Delroy Lindo, Rebecca Pidgeon, Sam Rockwell, Ricki Jay. 

Tras un robo en una joyería, Joe Moore (Gene Hackman) piensa retirarse de la profesión. Sin embargo, el socio capitalista de Joe, Mickey Bergman (Danny DeVito), lo obligará a hacer un último trabajo.

Pocas ideas originales nos ofrece David Mamet en El último golpe (2001), que abusa de giros y sorpresas sin mucha efectividad.

Para empezar, la idea de un ladrón obligado a realizar un último trabajo a la fuerza no es especialmente novedosa y ya que el argumento no nos ofrece nada más, pues hay que darle vueltas al robo para que el film no termine a la media hora. David Mamet podría haber dedicado parte del tiempo a desarrollar mejor a los personajes principales, sus relaciones, sus ambiciones; su pasado incluso habría servido de excusa para no centrarlo todo en el robo y además habría dado mucha más profundidad a la historia, con lo que comprenderíamos mejor a los protagonistas y estaríamos más implicados en sus aventuras y desventuras.

Pero David Mamet no va por ahí. Su único interés parece centrarse en jugar con los espectadores al gato y el ratón, llevando la trama en diversas direcciones que luego cambian de orientación y vuelta a empezar. Pero tampoco es que nos lleve a escenarios sorprendentes y a pesar de sus juegos para despistarnos es relativamente sencillo ir un paso por delante de sus engaños, de manera que no hay sorpresas, salvo tal vez la decisión final de la mujer de Joe, Fran (Rebecca Pidgeon), que aporta la única nota que uno no se esperaba en el desenlace, también tan inexplicable como caprichosa. Por lo demás, escasa originalidad.

Además, tal vez siendo consciente del poco juego que daba el robo, el director opta por un desarrollo a base de saltos bruscos en las escenas, lo que ayuda también al director en sus juegos de engaños pero básicamente sirven para que no analicemos demasiado la lógica de lo que está sucediendo pues, de hacerlo, entenderíamos la poca credibilidad de lo que estamos viendo: tanto el robo como las habilidades de los ladrones son del todo increíbles.

Afortunadamente, la presencia de Gene Hackman, Danny DeVito, con las mejores frases de la película que al amenos aportan una nota divertida, y Sam Rockwell palían un poco la torpeza del guión y la dirección tan errática de Mamet, que se deja llevar por una puesta en escena rutinaria y algo cutre incluso. Por cierto, DeVito es un buen actor y siempre se agradece su presencia en cualquier película, pero darle aquí el papel del mafioso me parece sencillamente un disparate, en ningún momento me lo creía como tipo despiadado y peligroso. 

Decepcionante espectáculo concebido sin demasiado ingenio y que es verdad que te permite pasar un rato ameno, pero en conjunto todo el tinglado es tremendamente falso y pobre.

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