El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 11 de diciembre de 2023

Acero azul



Dirección: Kathryn Bigelow.

Guión: Kathryn Bigelow y Eric Red.

Música: Brad Fiedel.

Fotografía: Amir Mokri.

Reparto: Jamie Lee Curtis, Ron Silver, Clancy Brown, Elizabeth Pena, Louise Fletcher, Philip Bosco, Richard Jenkins, Kevin Dunn, Tom Sizemore.

Megan Turner (Jamie Lee Curtis) al fin ha cumplido su sueño y es una agente de policía. En su primera noche de patrulla, descubre un robo a punta de pistola en un supermercado y cuando se enfrenta al atracador, acaba matándolo, pero su arma desaparece.

Esperaba más de Acero azul (1990) teniendo en cuenta que está dirigido por Kathryn Bigelow, ganadora de un Oscar en 2008 con En tierra hostil. Pero estamos ante uno de sus primeros trabajos, lo que explica tal vez las debilidades de la cinta.

El principal inconveniente de las historias de psicópatas es que siguen un esquema bastante parecido y, además de predecibles, suelen ser productos bastante mediocres. Siempre hay excepciones y estas suelen estar asentadas en pequeños detalles que las elevan por encima de la media.

Y eso parece que nos promete Acero azul en su primeros minutos, con el original detalle de un tipo, Eugene Hunt (Ron Silver) que se siente fascinado por el Magnum 44 que recoge en el supermercado cuando el atracador es abatido. La idea era interesante, pero pierde toda la fuerza y sus posibilidades cuando Eugene pasa de ser un tipo solitario algo raro a un majadero total, con lo que sus actos carecen ya de explicación; solo es un descerebrado que escucha voces.

Y es a partir de ahí cuando la historia se va convirtiendo en un cúmulo de tópicos, situaciones absurdas y muertes en cadena. El argumento empieza a hacer aguas y se fuerzan tanto las situaciones que la historia se transforma en un disparate total, sucediéndose los momentos ridículos uno tras otro hasta el inevitable duelo final entre Megan y Eugene, donde se busca desesperadamente la espectacularidad con el uso de la cámara lenta y alargando el desenlace hasta lo imposible.

Jamie Lee Curtis no me parece una gran actriz, a pesar de haber disfrutado mucho con ella en Mentiras arriesgadas (James Cameron, 1994) y sobre todo en Un pez llamado Wanda (Charles Crichton, 1988). Y en esta ocasión demuestra con claridad que el papel le viene grande. Nunca fui capaz de verla de policía y sus gestos resultan acartonados. Pero es que tampoco Ron Silver es un villano muy convincente, de manera que por esta parte tampoco Acero Azul logra salir de la mediocridad.

De manera que tenemos una cinta con un guión que roza lo absurdo y un reparto sin fuerza. Se entenderá que el resultado no pueda ser más un film vulgar y predecible. Decepcionante.

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