Dirección: Shane Black.
Guión: Shane Black (Novela: Brett Halliday).
Música: John Ottman.
Fotografía: Michael Barrett.
Reparto: Robert Downey Jr., Val Kilmer, Michelle Monaghan, Corbin Bernsen, Dash Mihok, Larry Miller, Rockmond Dunbar, Shannyn Sossamon, Angela Lindvall.
Harry Lockhart (Robert Downey Jr.) es un ladrón de poca monta que, escapando de un robo frustrado, termina en un casting, siendo contratado para un film policíaco, para el que "Gay Perry" (Val Kilmer), un verdadero detective, le enseñará algunos detalles del oficio.
Debut en la dirección del guionista Shane Black, Kiss Kiss Bang Bang (2005) destaca más precisamente por su curioso y original guión que por la puesta en escena que, en realidad, resulta de lo más normalita.
La cinta es un film policíaco bajo un apariencia de comedia y siendo sincero, no me parece que la fórmula funcione demasiado bien. Por un lado, la película contiene numerosas muertes, algunas realmente dolorosas, con lo que el tono desenfadado chirría bastante en esos momentos puntuales. Por otro lado, las bromas tampoco resultan especialmente divertidas, con lo que a menudo, durante la película, echaba de menos que el guión se hubiera decantado por una de las dos vertientes en vez de ese juego que no termina de cuajar.
En todo caso, el uso de la voz en off del protagonista, con momentos en que nos habla directamente o vuelve atrás en su relato es sin duda el toque diferenciador, aportando al menos un enfoque muy personal. Otra cosa es que la idea guste o no, porque es evidente que no todo el mundo estará encantado con la ocurrencia. Eso sí, en caso de que despojáramos de este recurso a la cinta nos quedaríamos con una trama un tanto enrevesada que se complica por momentos y donde cuesta un poco meterse dentro, en parte por lo compleja que resulta y en parte por la precipitación de algunos diálogos. El problema también es ese tono ligero nos impide tomar una postura clara sobre lo que está pasando, porque en un momento estamos sonriendo ante una ocurrencia simpática y en la escena siguiente el protagonista pierde un dedo o una joven ingenua es asesinada con toda la sangre fría del mundo. Ello provoca cierto despiste en el espectador y le impide centrarse plenamente en los acontecimientos, de manera que estamos siempre entre la sorpresa, la incredulidad y un palpable distanciamiento.
Lo que sí que debemos agradecerle al film de Shane Black es que nos regalara la presencia de Robert Downey Jr., un actor enorme cuya carrera desgraciadamente no refleja todo su potencial. Lo mismo que Val Kilmer, que pasó con más pena que gloria por la industria cuando creo que era un actor más que aprovechable. Completa el trío protagonista la sorprendente Michelle Monaghan que, sin ser una de esas bellezas deslumbrantes del cine, posee un encanto indudable y consigue regalarnos algunos momentos muy especiales.
Sin duda, esperaba mucho más de la cinta, pues al final, despojada de sus adornos, se queda en un relato muy discreto y que nunca me pareció que terminara de funcionar en ningún sentido, ni como film policíaco ni como comedia.
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