Dirección: Otto Preminger.
Guión: Tom Stoppard (Novela: Graham Greene).
Música: Richard y Gary Logan.
Fotografía: Mike Malloy.
Reparto: Nicol Williamson, Iman, Richard Attenborough, Derek Jacobi, Robert Morley, Richard Vernon, Joop Doderer, Ann Todd, John Gielgud.
En un departamento del servicio británico de inteligencia se están produciendo filtraciones a la Unión Soviética y todo parece indicar que el culpable es un tal Arthur Davis (Derek Jacobi).
El factor humano (1979) fue la última película que dirigió Otto Preminger y la verdad es que produce tristeza ver el pobre nivel de esta cinta. Preminger no se merecía una despedida así. Es el problema, a veces, de no saber retirarse a tiempo.
Se nota que la película tiene una sólida base en la novela de Graham Greene, que es la que le confiere la fuerza de un argumento tan inteligente como pesimista. Porque Maurice Castle (Nicol Williamson) es un traidor a su país por lealtad hacia un viejo amigo y hacia su mujer, Sarah (Iman), aunque no comulgue con las ideas comunistas y en el fondo sienta remordimientos por lo que hace. Pero lo triste es que los informes que filtra a Moscú son irrelevantes y los comunistas en realidad lo utilizaron simplemente para engañar al servicio secreto británico. Castle era un peón insignificante en una lucha que ni entendía. Pero ello fue suficiente para amargarle la vida, causar la muerte de un inocente y separarlo de lo único que en realidad le importaba: su mujer y su hijo. Una historia realmente triste y con un final más desalentador todavía que demuestra el talento de Graham Greene para tejer un conflicto tan sencillo y a la vez tan desolador sobre las guerras y sus consecuencias, sean estas en el campo de batalla o en los despachos, donde la vida de los simples soldados no vale nada.
Sin embargo, a esta brillante historia no le acompaña para nada su puesta en imágenes. La sensación que tenemos al ver El factor humano es que estamos ante un modesto film de serie B tan escaso de medios como de talento.
Para empezar, Preminger no logra captar la intensidad del drama y nos ofrece un desarrollo lento, frío y desangelado. Incluso la manera de resolver algunas escenas es tremendamente torpe, con los protagonistas estáticos frente a la cámara recitando los diálogos con desgana. Y es que la verdad, tampoco los actores están a un gran nivel, empezando por Nicol Williamson, carente de atractivo como para lograr que empaticemos con sus desgracias. Iman no es actriz, de ahí que se le pueda disculpar su trabajo, pero es una elección algo dudosa, pues al lado de Williamson no forman una pareja convincente.
Si le añadimos una fotografía pobre, la inclusión de secuencias totalmente innecesarias y un ritmo cansino, con una torpe inclusión de los flashbacks que jalonan la historia, tenemos una película bastante mediocre. Y lo más descorazonador es que el argumento resulta verdaderamente interesante y lleno de posibilidades, con lo que nuestra decepción aún es mayor.
El único interés de El factor humano es, finalmente, para aquellos a los que les guste recorrer toda la filmografía de Otto Preminger, un gran director con pequeños tropiezos como el presente.
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