Dirección: Sam Mendes.
Guión: John Logan, Neal Purvis, Robert Wade y Jez Butterworth (Personaje: Ian Flemming).
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Hoyte van Hoytema.
Reparto: Daniel Craig, Christoph Waltz, Léa Seydoux, Ben Whishaw, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Dave Bautista, Andrew Scott, Rory Kinnear, Jesper Christensen, Monica Bellucci, Alessandro Cremona, Judi Dench.
Siguiendo los deseos de la difunta M (Judi Dench), Bond persigue y mata a Marco Sciarra (Alessandro Cremona) y acude luego a su funeral. Más tarde, la viuda de Marco, Lucia (Monica Bellucci), le informa de que la organización criminal para la que trabajaba su marido celebrará una reunión esa misma noche.
La serie de películas de James Bond protagonizadas por Daniel Craig, de la cual Spectre (2015) es la cuarta, tienen una unidad argumental, salvo Skyfall (2012), de manera que cada una de ellas sigue la historia planteada en la primera, Casino Royal (Martin Campbell, 2006), lo que provoca que si no has visto las entregas precedentes a esta cinta seguramente te perderás muchos detalles interesantes del argumento. Aún así, el guión es tan básico que no cuesta demasiado seguir el hilo de los acontecimientos.
El nuevo enfoque que se había dado a la serie de 007 con Casino Royal sigue aquí, con una historia más sombría y sin los detalles de humor e ironía que caracterizaron a las entregas anteriores a Daniel Craig. Sin embargo, ya en Skyfall (Sam Mendes, 2012), la predecesora de Spectre, se recuperaban personajes desaparecidos con la llegada de Daniel Craig, como Q (Ben Whishaw) y Moneypenny (Naomi Harris), al igual que el enfrentamiento de James Bond contra el villano en su propia guarida, un clásico de la serie. Todo lo cual me lleva a pensar en cierta crisis creativa de los guionistas tras Casino Royale, que les llevó a ir perdiendo la originalidad de la misma para volver a un terreno ya conocido.
Aquellos que esperan de esta serie acción espectacular y una chica Bond a la altura de la serie no se verán defraudados, pues todo está en su sitio, con las escenas bien coreografiadas y escalonadas de manera que el ritmo es el adecuado entre momentos más tranquilos y las esperadas peleas y persecuciones. Además, Léa Seydoux tiene un encanto innegable, con lo que cumple con solvencia el rol para el que ha sido elegida.
El problema es el argumento, que busca encajar las piezas con las tres entregas anteriores al tiempo que desvela detalles del pasado de Bond que lo ligan íntimamente con Ernst Stavro Blofeld (Christoph Waltz), el líder de Spectre, la organización criminal que persigue 007 desde Casino Royale. Sin embargo, esa vinculación personal de ambos convierte esta entrega en algo demasiado cercano a un folletín barato, con una trama tan enrevesada e increíble que arruina cualquier posibilidad de tomarla medianamente en serio. Si ya me asombraban algunas de las intrigas de las primeras películas de la saga, ésta sin duda se lleva el primer premio al disparate.
Además, la cinta se alarga innecesariamente con algunos momentos prescindibles, con lo que al final sentí que la historia me resultó algo pesada, dejándome la impresión de que los guionistas andaban escasos de ideas y habían dejado que la serie cayera en los mismos planteamientos de siempre, pero perdiendo la frescura de los primeros años. En el fondo, la serie de James Bond tiene sentido si se enfoca como una mera diversión, sin tomarse las cosas demasiado en serio, porque los argumentos, las chicas Bond y la propia figura de 007 no se prestan a profundidades demasiado rebuscadas. De ahí que el intento de darle más trascendencia a la serie me pareció siempre un pequeño error y Spectre lo demuestra de un modo bastante notorio.
Sigue ofreciendo un buen espectáculo, sin duda, pero baja unos peldaños respecto a algunas de sus predecesoras.
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