Dirección: Colin Higgins.
Guión: Colin Higgins y Patricia Resnick.
Música: Charles Fox.
Fotografía: Reynaldo Villalobos.
Reparto: Jane Fonda, Lily Tomlin, Dolly Parton, Dabney Coleman, Elizabeth Wilson, Henry Jones, Lawrence Pressman, Marian Mercer, Sterling Hayden.
Judy Bernly (Jane Fonda) empieza a trabajar en una gran empresa como secretaria bajo las órdenes directas de Franklin Hart Jr. (Dabney Coleman), un jefe mujeriego, déspota e inútil.
Cómo eliminar a su jefe (1980) es una comedia con un enfoque marcadamente feminista que pretende, mientras intenta divertirnos con un alocado argumento, denunciar la situación laboral de las mujeres, el machismo reinante a menudo en el trabajo y cierto clasismo de algunas profesiones, como la de médico.
El problema es que como comedia la película no funciona nada bien. La causa sin duda es la falta de ingenio de los guionistas, que no salen de las bromas ridículas, el humor de sal gorda y los tópicos. Se busca la originalidad y cierto enfoque macabro y surrealista, pero sin chispa, sin verdadera inventiva, de manera que es posible que el cúmulo de disparates no te provoque ni la más mínima sonrisa.
Solamente la confusión con un paciente que muere en el hospital, que lleva a las protagonistas a creer que han matado a su jefe, resulta algo imaginativa, pero de nuevo el desarrollo de esa idea cae en los excesos en su búsqueda de la comicidad, con situaciones absurdas y un humor tan elemental como ineficaz.
En cambio, en el aspecto de denuncia la cosa es más coherente y el detalle de que cuando las tres secretarias toman las riendas de su departamento y consiguen mejorar las condiciones de trabajo y la productividad resulta realmente potente y, en contra de la parte cómica, nada disparatado y sí completamente lógico. Es en realidad la única nota con cierto sentido en medio de un argumento bastante limitado en ideas.
Tampoco a nivel de reparto la película logra sobreponerse a la mediocridad general. Es cierto que Jane Fonda no fue una mala actriz, pero su carrera estuvo marcada por títulos poco relevantes, como es el caso ahora. Con un papel sin gracia, poco puede hacer para sobreponerse al mismo. Lily Tomlin y Dolly Parton tampoco destacan especialmente, marcadas de nuevo por unos papeles llevados a la caricatura, algo que se agudiza en el caso de Dabney Coleman.
Cómo eliminar a su jefe evidencia de manera alarmante la poca creatividad de sus guionistas que partiendo de una idea interesante la han llevado a la simplicidad más absoluta.
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