Dirección: Samuel Fuller.
Guión: Milton Sperling y Samuel Fuller (Libro: Charlton Ogburn, Jr.).
Música: Howard Jackson.
Fotografía: William Clothier.
Reparto: Jeff Chandler, Ty Hardin, Peter Brown, Andrew Duggan, Will Hutchins, Claude Akins, Luz Valdez, John Hoyt, Charles Briggs, Chuck Roberson.
Segunda Guerra Mundial. Los japoneses avanzan hacia la India, expulsando a los británicos de Birmania. En el contraataque aliado, una brigada norteamericana de infantería, al mando del general Merrill (Jeff Chandler), se adentra en Birmania para recuperar un enclave importante.
Invasión Birmania (1962) tiene su principal punto de interés en que retrata un suceso histórico, lo que le confiere indudable credibilidad en cuanto a los hechos narrados. Sin embargo, más allá de ello, estamos ante un film de serie B, bastante limitado en cuanto a medios y muy poco original en su puesta en escena.
El principal obstáculo de este tipo de películas es intentar armonizar los momentos de las batallas con las inevitables escenas de transición. No es una tarea fácil y al final suele ser lo que marca la diferencia entre un relato interesante o un film pesado. Invasión en Birmania lo intenta y consigue algunos momentos de cierta intensidad, pero son demasiado escasos como para crear un ritmo ágil y un desarrollo interesante.
En general pesa demasiado la pobreza de medios con la que cuenta Fuller, dando la impresión de una película algo cutre. Tampoco el guión consigue crear el drama necesario y la repetición constante del esfuerzo que están realizando los soldados y lo penoso de su situación terminan por resultar cansinos. Faltan momentos realmente intensos, tanto en los instantes más tranquilos como en los enfrentamientos con los japoneses, filmados con muy poca originalidad y hasta cierta torpeza, con una interpretación demasiado artificial por parte de un reparto poco atractivo.
Para ser un film de los sesenta, resulta demasiado convencional y el mensaje excesivamente patriótico tampoco le beneficia demasiado, con un enfoque en el que todo se centra en el mismo bando, con los japoneses como meros comparsas sin ninguna participación concreta, lo que tampoco ayuda para nada para conseguir un mayor dramatismo.
Además, los toques cómicos, un recurso muy habitual para aligerar el discurso, caen de nuevo en lo previsible y no tienen demasiado ingenio, quedando como meros añadidos sin que terminen de encajar con el resto del relato.
Estamos, pues, ante un film que nació ya envejecido en su concepción, escaso de medios y con un guión demasiado elemental y pobre. El resultado es un film de una duración estándar que termina pareciendo excesivamente largo y escasamente estimulante.
Como dato adicional, decir que se trata de la última película de Jeff Chandler, que se lesionó la espalda durante el rodaje y en la operación para corregir su hernia se produjeron complicaciones que terminaron con su fallecimiento a los 42 años.
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