El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Super... ¿quién?



Dirección: Philippe Lacheau.

Guión: Philippe Lacheau, Pierre Dudan, Julien Arruti y Pierre Lacheau.

Música: Maxime Desprez y Michaël Tordjman. 

Fotografía: Vincent Richard.

Reparto: Philippe Lacheau, Julien Arruti, Tarek Boudali, Élodie Fontan, Alice Dufour, Jean-Hugues Anglade, Régis Laspalès, Amr Waked, Valeria Cavalli, Brahim Bouhlel, Chantal Ladesou, Rayane Bensetti. 

Cedric (Philippe Lacheau) no está pasando por su mejor momento: su novia le ha dejado y su sueño de ser actor solo le ha proporcionado un anuncio de condones. Pero un día, milagrosamente, consigue al fin un papel de protagonista: el superhéroe Badman.

Super... ¿quién? (2021) es una comedia tan sencilla como simpática, que se toma todo a broma y al final, sin complejos, resulta una pequeña diversión tan gratificante como alocada.

La película al principio desconcierta un poco, pues el comienzo, con el protagonista en crisis y sus amigos algo exagerados, parece llevarnos hacia una comedia un tanto idiota. Afortunadamente no es así y se trata tan solo de la introducción, no muy afortunada, que deja paso enseguida al meollo de la cuestión, cuando Cedric, tras un accidente, pierde la memoria y todo lo que estaba relacionado con su película le parece real. Esta simple confusión da pie a una serie de situaciones realmente grotescas, pero con un enfoque tan desvergonzado que terminas por meterte de lleno en lo absurdo y rocambolesco de las situaciones que van teniendo lugar y si no te importa reírte de los disparates que se suceden sin freno, la verdad es que pasas un rato entretenido.

Porque al final el humor es algo complicado, pero a la vez sencillo. Los grandes del cine mudo norteamericano nos mostraron la fórmula: caídas, equívocos, trompicones y torpezas. La base de la comicidad es sencilla, solamente hay que seguirla y encontrar momentos que sorprendan al espectador y muchos de los gags y bromas de la película lo consiguen. Claro que no todos están al mismo nivel, pero una vez que te metes en la trama, terminas pasando por alto los pequeños bajones o excesos porque el conjunto resulta muy ameno y sorprendente.

Además, la película aprovecha para hacer una crítica de todo lo que se le ocurre, desde las relaciones familiares, con padres exigentes o madres que tienen romances con jóvenes podrían ser sus hijos, al mundo de los superhéroes, donde sin duda disfrutarán de lo lindo los fanáticos de los cómics, e incluso el cine francés, que suele criticar todo lo que sale de Hollywood pero que termina imitándolo descaradamente, como denuncia sin disimulo la cinta cuando la película en la que participa Cedric es un plagio descarado de Batman.

En cuanto a los actores, no estamos ante figuras de un gran nivel, pero dentro del disparate funcionan más o menos bien si tenemos en cuenta en dónde estamos: un film ligero y sin demasiadas pretensiones.

Es verdad que el final resulta demasiado perfecto, pero se comprende por el tono general de la historia y se le perdona que el guión busque encajar todas las piezas, incluso forzando un poco algunas situaciones. 

Definitivamente, Super... ¿quién? me parece una comedia original, desenfadada y con mucho ritmo y no poca mala leche. No es que estemos ante una gran obra, pero sí que destaca por encima de la media y al menos nos sorprende y, si entras en su dinámica, pasarás un rato divertido.

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