Dirección: Tony Scott.
Guión: Brian Helgeland (Novela: A. J. Quinnell).
Música: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: Paul Cameron.
Reparto: Denzel Washington, Dakota Fanning, Christopher Walken, Giancarlo Giannini, Radha Mitchell, Marc Anthony, Rachel Ticotin, Mickey Rourke.
John Creasy (Denzel Washington), un exagente de la CIA en horas bajas, acepta ser el guardaespaldas de la pequeña Lupita (Dakota Fanning), hija de un hombre de negocios mexicano (Marc Anthony). Lo que iba a ser un mero trabajo acaba convirtiéndose en una relación especial entre John y su joven protegida.
Denzel Washington tiene la virtud de hacer creíble lo más increíble. Su peso en la historia es fundamental para que las piezas encajen, aún en sus excesos. Si El fuego de la venganza (2004) funciona tan bien como lo hace es sin duda gracias a él. Al menos en la parte de la acción pura y dura, porque si nos centramos en la historia de amistad entre John y Lupita, hay que resaltar también el gran trabajo de la pequeña Dakota. A menudo los niños en películas de adultos resultan algo insufribles, bien por defectos del guión al presentarlos, bien por la poca calidad interpretativa de los jóvenes actores. Aquí sucede todo lo contrario: el personaje de Lupita resulta encantador y Dakota Fanning nos enamora del mismo modo que termina por romper la coraza de Creasy, hasta el punto de darle nuevas razones para dejar la bebida y recomponer su vida.
Porque El fuego de la venganza es sobre todo una historia de amistad entre dos personas completamente opuestas: Creasy ha tocado fondo, carcomido por sus fantasmas del pasado e intentando refugiarse en la Biblia y la botella. Pero nada parece aliviarlo, llegando incluso a intentar suicidarse. Lupita, en cambio, es la inocencia de la niñez, la frescura y el descaro de una persona pura que se ha propuesto querer a Creasy y ser querida por él.
La primera parte de la cinta describe precisamente ese encuentro y el progresivo entendimiento y afecto que nace en esa relación tan desigual. Es la parte de la historia más personal, original y humana. Porque la segunda parte, la de la venganza, es más de lo mismo: un tipo duro soltando toda la bilis en una cruzada brutal en la que no duda en recurrir a la mayor brutalidad para castigar a todo aquel que estuviera implicado en el secuestro de Lupita. Quizá Tony Scott, consciente de que este discurso no es precisamente muy novedoso, utiliza su peculiar estilo nervioso y a veces algo excesivo para darle un toque diferente a la narración. Personalmente, no me suelen gustar los excesivos protagonismos por parte del director de turno, pero hay que reconocer que Tony Scott sabe lo que se hace y, si bien hubiera preferido una puesta en escena más clásica, el resultado tiene momentos muy logrados.
Sin embargo, El fuego de la venganza no termina de resultar un trabajo completo. El problema tal vez sea que no se arropa a los protagonistas de un modo suficiente, quedando el resto de personajes importantes sin un gran peso específico, como la madre de Lupita ( Radha Mitchell) o el amigo de Creasy (Christopher Walken). Por ello, la impresión final que tenemos de la película es que le falta algo, el argumento y su desarrollo terminan resultando demasiado simples, incluso podríamos pensar en que el guión abusa un poco de los tópicos y no termina de construir una historia densa.
Sin embargo, si somos de los que nos conformamos con una buena puesta en escena y dos actores geniales, sin duda tendremos más que suficiente para disfrutar de lo ofrecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario