Dirección: David Ayer.
Guión: Skip Woods y David Ayer.
Música: David Sardy.
Fotografía: Bruce McCleery.
Reparto: Arnold Schwarzenegger, Sam Worthington, Olivia Williams, Mireille Enos, Terrence Howard, Joe Manganiello, Harold Perrineau, Martin Donovan, Max Martini, Josh Holloway.
John "Breacher" (Arnold Schwarzenegger) lidera un grupo de asalto de la DEA que en el curso de una operación contra un cartel de la droga decide apropiarse de diez millones de dólares. El problema es que cuando regresan a recoger el dinero, éste ha desaparecido.
Sabotage (2014) es un film que busca salirse de los caminos más vistos de los films de acción, combinando en el argumento dosis de intriga y thriller. Sin duda, un intento de buscar un enfoque original más que loable, el problema son los incomprensibles deslices del guión, perfectamente evitables en muchos casos.
Si empezamos por las cosas positivas, hay que reconocer el acierto de darle a un film de acción un componente de misterio e intriga que realmente funciona bastante bien a la hora de engancharnos al relato, buscando averiguar quién se llevó el dinero del grupo de Breacher y quién y porqué está liquidando a sus miembros uno a uno. Además, conforme avanza la historia, vamos descubriendo detalles que le dan bastante profundidad a la intriga, que no resulta tan elemental como podríamos suponer en un primer momento. Solamente al final llegaremos a ver claro lo sucedido y para nada nos sentiremos defraudados con un guión que ha sabido jugar sus cartas con mucho acierto.
También es interesante que el guión no crea héroes perfectos, como suele ser habitual en los films de acción, y así tanto Breacher como sus hombres no son un modelo a seguir y presentan bastantes sombras, como el hecho de robar el dinero, lo que los convierte en personajes más complejos y cercanos sin duda al mundo real, donde no todo es blanco y negro, como a menudo se quiere presentar. Desde este punto de vista, la cinta al menos ofrece un punto de vista más contemporáneo y no solo en lo relativo a efectos especiales.
Sin embargo, el resto del producto no está definitivamente a la altura de la intriga planteada.
Para empezar, creo que Schwarzenegger resulta demasiado mayor para su papel. Se entiende que es la figura principal de la película y sin duda ejercerá un buen tirón en la taquilla, pero querer llevar al límite a este tipo de actores no siempre resulta convincente y su presencia nunca terminó de resultarme lógica para su rol. Ligado a ésto, tampoco me resultó muy convincente el breve romance de Breacher y al agente Caroline Brentwood (Olivia Williams), cuya presencia tampoco está muy bien encajada en la trama y parece simplemente dispuesta para cumplir un rol básico que aporta cierta nota íntima y romántica, indispensable con los esquemas más clásicos.
Sin embargo, si ese fuera el único punto discutible de Sabotage, el resultado sería un film bastante convincente, pero por desgracia los errores se suceden en cadena.
Por ejemplo, los diálogos son de un nivel paupérrimo y si quieren aportar fuerza y dramatismo a la situación del grupo de Breacher, solamente ofrecen un triste repertorio de tópicos de muy bajo nivel. Lo mismo que el dibujo de los hombres de Breacher, que son un cúmulo de simplicidades, frases hechas y testosterona barata que arruinan la credibilidad de la historia. Es imposible tomarse en serio tantas bravuconadas disparadas a chorro libre.
Las escenas de tiroteos tienen un toque original en algunos momentos que, si no aporta gran cosa, al menos indica un cierto esmero en no ofrecer lo mismo que otras películas de corte similar. Sin embargo, donde destaca especialmente David Ayer, y no para bien desde mi punto de vista, en la obsesión de cebarse en los detalles más macabros y sangrientos; parece regocijarse en todo lo escabroso, lo que no lo hace un film apto para sensibilidades delicadas.
Al final, Sabotage se presenta como un film que se mueve entre aciertos y fallos de manera desconcertante. Es complicado encontrar una explicación a ello, puesto que los elementos para hacer algo más elaborado estaban ahí y es triste ver como acaban predominando los estereotipos y la mediocridad.
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