El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 18 de enero de 2024

El gran golpe



Dirección: Roger Donaldson.

Guión: Dick Clement e Ian La Frenais.

Música: J. Peter Robinson.

Fotografía: Michael Coulter.

Reparto: Jason Statham, Saffron Burrows, Stephen Campbell Moore, Daniel Mays, James Faulkner, Alki David, Michael Jibson, Georgia Taylor, Richard Lintern, Peter Bowles, Alistair Petrie. 

Terry Leather (Jason Statham) tiene un pequeño negocio de coches usados, pero está cargado de deudas. Así que cuando su amiga Martine Love (Saffron Burrows) le propone un plan para robar un banco, Terry ve ahí su oportunidad para cambiar de vida.

El gran golpe (2008) podría ser uno más de los muchos films de robos que jalonan la historia del cine si no fuera porque parece estar basado en hechos reales que tienen que ver, precisamente, con un miembro de la familia real británica. Es solo un detalle que sirve de hilo conductor para mostrarnos mucho más: la corrupción moral de altos miembros del gobierno y la nobleza británica en los años 70 del siglo pasado, una visita por los bajos fondos londinenses, sobornos a policías... Y es precisamente todo este conglomerado de personajes marginales y corruptos el mayor atractivo de la película, pues consigue de esta manera elevarse por encima del robo mismo, que es interesante pero anecdótico al lado de todo cuanto lo rodea, y convertirse en una denuncia muy directa y sincera de la podredumbre que se esconde bajo nobles apariencias, lujos y educados modales.

Las apariencias lo son todo en esta vida y más cuando se detenta una elevada posición social. Pero debajo de la capa de normas de educación y de las exigencias del decoro, todo el mundo esconde sus vergüenzas, que con frecuencia están ligadas a los vicios, sexuales en muchas ocasiones. Y son precisamente los vicios sexuales los detonantes de los acontecimientos narrados. Lo que puede ser necesario y placentero en privado se vuelve intolerable si sale a la luz. 

El robo en sí, detallado con meticulosidad, es casi irrelevante. Lo mejor de El gran golpe sucede antes y después del mismo, especialmente después, cuando vivimos los mejores momentos de la historia, con una tensión en aumento y la diferente suerte que sufren los atracadores, acosados por mafiosos, policías corruptos y agentes del Servicio Secreto. 

El gran mérito  de la cinta es que Roger Donaldson logra aunar de manera perfecta la ejecución del robo con toda la trama que se mueve a su alrededor. Donaldson, apoyándose en una sobria pero eficaz ambientación, con una magnífica fotografía, logra crear un film donde la tensión no deja de crecer a cada instante, con una puesta en escena eficaz que nos mete de lleno en la trama sin permitir que nada ni nadie nos distraiga. Si toda la cinta mantiene un ritmo envidiable, son los minutos finales donde el director consigue que nos quedemos anclados al asiento mientras es imposible predecir la siguiente sorpresa, o susto, que nos depara el argumento.

Tal vez, en la parte negativa, podríamos aducir que la historia se centra casi exclusivamente en los hechos, dejando un tanto empequeñecidos a su lado a los protagonistas. Habría estado bien que el guión se hubiera algo más de tiempo en profundizar algo más en Terry y en Martine, que al final solamente se muestran a medias. Tampoco es algo imprescindible, visto el resultado, pero habría añadido un toque más personal a la historia.

En cuanto al reparto, sin duda hay que destacar a Jason Statham que, fuera de sus roles típicos de mamporrero, demuestra que es un actor lo suficientemente sólido para cualquier tipo de personaje. El resto del reparto cumple con solvencia, pero está claro que el que destaca por encima del resto es Statham.

Sin duda, El gran robo es de esas películas que te sorprenden para bien. Esperaba una historia más rutinaria y al final, estamos ante un film que ofrece más de lo que aparenta. No es que sea una obra maestra, pero sí que reúne elementos de sobra para destacar por encima de la media del género.

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