El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 29 de enero de 2024

Passengers



Dirección: Rodrigo García.

Guión: Ronnie Christensen.

Música: Edward Shearmur.

Fotografía: Igor Jadue-Lillo.

Reparto: Anne Hathaway, Patrick Wilson, David Morse, André Braugher, Clea Duvall, Dianne Wiest, William B. Davies, Ryan Robbins, Don Thompson, Andrew Wheeler.

Tras un accidente de avión, la psicóloga Claire Summers (Anne Hathaway) es encargada de proporcionar apoyo a los supervivientes.

Hay películas que huelen mal y Passengers (2008) es una de ellas. No por la intriga en sí, que merece un comentario aparte, sino porque nada más arrancar tuve la sospecha de que la historia podría resumirse en unos minutos y que todo lo que vendría como acompañamiento no era sino la manera de alargar algo que no tenía mucho recorrido.

Con esta sospecha, la verdad es que la primera parte de la historia consigue mantener nuestra atención por los extraños sucesos que van teniendo lugar, como los intentos de la compañía aérea de culpar al piloto del accidente y así desviar la atención sobre un posible fallo por culpa de un mantenimiento del avión. También los supervivientes aportan un punto de intriga, con lo que las expectativas nos mantienen alerta.

Pero si bien es verdad que la intriga funciona, hay otros muchos detalles que empiezan a chirriar. El más evidente es la propia Claire, encargada de ayudar a los accidentados y que en realidad se muestra tan insegura y torpe que no se explica cómo la eligieron para esa tarea. También Eric (Patrick Wilson), un superviviente que no quiere terapia de grupo, despierta recelos, bien alimentados por un guión tramposo que siembra indicios extraños por todas partes como método de sostener la intriga.

Y menos mal que contamos con Anne Hathaway, una actriz con cierta presencia y encanto, aunque es triste ver el papel que le asignan, convirtiéndola en una mujer despistada y asustada durante toda la cinta. 

El problema es que puedes jugar al despiste un rato, pero el guión de Passengers alarga demasiado el juego de los despistes y las pistas falsas, lo que unido a un desarrollo excesivamente lento acaba por desconectarnos de la intriga, pues más que expectativas termina por sembrar aburrimiento.

Pero es cuando en el tramo final el guión debe descubrir su juego cuando empiezan a acumularse escenas cada vez más idiotas. Aquí ya no es cuestión de esperar descubrir algo intrigante, sino de temer por un desenlace chapucero y mentiroso. Lamentablemente es lo que sucede.

La sensación no es de sorpresa, ni admiración, ni desconcierto. Lo que nos invade es la indignación. No se puede montar una historia sobre un cúmulo de mentiras y además pretender cuadrarlas de manera entre mística y romántica. Es un despropósito encima de otro despropósito. Muy triste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario