Dirección: Michael Mann.
Guión: Michael Mann.
Música: Elliot Goldenthal.
Fotografía: Dante Spinotti.
Reparto: Al Pacino, Robert De Niro, Val Kilmer, Jon Voight, Tom Sizemore, Diane Venora, Amy Brenneman, Dennis Haysbert, Ashley Judd, Mykelti Williamson, Wes Studi, Ted Levine, Natalie Portman, Kevin Gage.
Neil McCauley (Robert De Niro) lidera una banda de atracadores profesionales eficaces y limpios en su trabajo, pero durante el asalto a un furgón blindado, un nuevo miembro del grupo, Waingro (Kevin Gage), pierde los papeles y mata sin motivo a un guardia. El teniente Vincent Hanna (Al Pacino) se ocupará del caso.
Heat (1995) es una cinta de acción ampliamente alabada por críticos y público, especialmente por reunir en el reparto a dos estrellas de la talla de Al Pacino y Robert De Niro, enfrentados en una trama muy interesante pero que se estropea por pequeños detalles un tanto inverosímiles.
Estamos ante un film de acción del subgénero de atracos que sigue un desarrollo bastante normal en cuanto a la escenificación de los atracos, donde Michael Mann no se detiene demasiado en la planificación de los mismos, prefiriendo, creo que acertadamente, centrarse más en los atracadores y el policía obsesionado con detenerlos. Es este enfoque el que le otorga a la cinta un fondo más profundo y personal que a otras muchas propuestas del estilo que se enfocan prioritariamente a la acción.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del director en adentrarnos en la personalidad de los protagonistas, al final se queda a medio camino. Sus intenciones son buenas, pero no terminamos de comprenderlos del todo y solamente en la escena del intento de suicidio de Lauren (Natalie Portman), la hija de la tercera esposa de Vincent (Diane Venora), el director consigue de verdad unos minutos intensos y conmovedores.
En cambio, Michael Mann se muestra mucho más atinado a la hora de poner en pie las escenas de acción, especialmente la del atraco al banco, que están perfectamente coreografiadas logrando impactarnos por su eficacia. Es cierto que en el cine de acción estamos habituados a logros parecidos, pero ello no resta méritos a la excelente puesta en escena del director.
Sin embargo, creo que condicionado tal vez por la presencia de Robert De Niro y de Al Pacino, el argumento nos deja algunos momentos algo curiosos, por llamarles de alguna manera. El primero sin duda es el café que comparten ladrón y policía, una escena que solo se explica por el deseo de tener en la misma secuencia a las dos figuras de la cinta. Lamentablemente, es un momento que encaja con dificultad y que tampoco nos ofrece unos diálogos memorables.
Pero el mayor desconcierto viene con el final, donde todas las decisiones de Neil resultan absurdas y parecen solamente encaminadas a ofrecernos un desenlace moralista. Incluso es difícil entender cómo Vincent es capaz de seguir la pista de Neil en su huída, en medio de un mar de gente y en plena noche. Creo que había mejores maneras de llegar al mismo final sin hacer que pareciera tan poco creíble.
Pero aún poniendo algunos peros a la cinta, hay que reconocer que Heat funciona bastante bien tanto a nivel de acción como de film más intimista, logrando Michael Mann un buen equilibrio entre duración, ritmo, intensidad y acción.
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