El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 6 de enero de 2024

El serpiente



Dirección: Henri Verneuil.

Guión: Henri Verneuil y Gilles Perrault (Novela: Pierre Nord).

Música: Ennio Morricone. 

Fotografía: Claude Renoir.

Reparto: Yul Brynner, Henry Fonda, Dirk Bogarde, Philippe Noiret, Michel Bouquet, Virna Lisi, Guy Trejan, Elga Andersen, Marie Dubois.

Alexei Vlassov (Yul Brynner), coronel soviético y alto cargo de la KGB, deserta a occidente y desvela a la CIA el nombre de muchos altos cargos de países aliados de Estados Unidos que en realidad trabajan como agentes al servicio de la URSS.

Los films de espionaje tienen dos enfoques bastante diferenciados: aquellos que optan por el espectáculo y la acción, que tendríamos representados perfectamente con la serie de James Bond, y los que se orientan más hacia los personajes y la trama, buscando sobre todo el lado humano y la verosimilitud, así como una interesante intriga. En esta segunda categoría, que tiene a su mejor exponente en literatura al gran John le Carré, que desde aquí recomiendo efusivamente, se inscribe El serpiente (1973), típica co-producción europea de los setenta con mejores intenciones que aciertos.

Como en toda historia de espías que se precie, El serpiente crea una trama que no desvelará sus cartas hasta los instantes finales, jugando con bastante ingenio la baza de la intriga y la sorpresa. Quizá los más iniciados en el tema no se lleven un gran sobresalto con el desenlace, pero no deja de resultar muy inteligente y sin duda aquí reside el mayor interés de esta historia.

Otro punto fuerte es el reparto, con grandes figuras del cine europeo, como Dirk Bogarde o Philippe Noiret, acompañados por Henry Fonda y Yul Brynner, un actor este último que jamás me gustó demasiado, aunque en esta ocasión su trabajo resulta menos afectado que en otras películas suyas.

Sin embargo, hemos de reconocer que El serpiente también tiene sus puntos débiles. Quizá el más evidente sea la puesta en escena, un tanto rutinaria, con una fotografía poco interesante y una parquedad de medios evidente a pesar del esfuerzo en "amueblar" convincentemente la historia, lo que resulta muy notorio con el recorrido que se nos hace de las instalaciones de la CIA, otro detalle bastante curioso y no desprovisto de interés.

Además, Henri Verneuil no se muestra del todo inspirado a la hora de darle un ritmo interesante a la historia, que pasa por momentos un tanto flojos además de no encontrar nunca un punto de pasión que saque el discurso de su monotonía.

Pero el detalle menos logrado es el de no desarrollar la intriga de una manera clara, para que nos implique en su desarrollo. La historia a veces es algo confusa, se pierde en detalles innecesarios y el director es incapaz de darle peso específico a los personajes y emoción al desarrollo, y eso que hay abundantes muertes y un argumento que daba pie a mucha mayor intensidad de la lograda.

A pesar de sus fallos evidentes, creo que El serpiente seguirá siendo una película interesante para todos aquellos que busquen una historia alejada del efectismo y se adentren con más seriedad en el mundo del espionaje.

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