El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 16 de enero de 2024

Fall



Dirección: Scott Mann.

Guión: Jonathan Frank y Scott Mann.

Música: Tim Despic.

Fotografía: MacGregor.

Reparto: Grace Caroline Currey, Virginia Gardner, Mason Gooding, Jeffrey Dean Morgan.

Escalando una pared rocosa, Dan (Mason Gooding) cae al vacío y muere. Después de casi un año de la tragedia, Becky (Grace Caroline Currey), su esposa, aún no lo ha superado. Entonces su mejor amiga, Shiloh (Virginia Gardner) acude para ayudarla y le propone que escalen juntas una torre de comunicaciones abandonada de más de 600 metros.

Fall (2022) es sin duda una película sorprendente por su enfoque minimalista y su arriesgada apuesta por dos personajes aislados en lo alto de una torre como único recurso para mantener la tensión del largometraje. Y la verdad es el invento que funciona bastante bien.

La esencia de la cinta es el trauma que sufre Becky tras la muerte de su marido. Abatida hasta el punto de que ya nada le importa, ni siquiera los intentos de ayudarla por parte de su padre (Jeffrey Dean Morgan), refugiada en la bebida y con deseos de suicidarse, finalmente cede ante su amiga Shiloh, que le propone el reto de escalar una torre abandonada para superar su dolor y su miedo a volver a escalar.

Con esta breve introducción, el guión nos mete de lleno en el centro de la aventura: una escalada por una torre gigantesca medio ruinosa que nos pone los pelos de punta. Aquellos que padezcan de vértigo, ¡cuidado! porque Scott Mann nos va a poner un nudo en la garganta con una puesta en escena impresionante, donde sentimos cada peldaño que suben las protagonistas como si lo pisáramos nosotros mismos. La habilidad que demuestra el director para contagiarnos el peligro de la ascensión es impresionante. Es imposible no sentir verdadera angustia cuando las dos amigas se quedan aisladas en la cima sin posibilidad de descender. La verdad, solamente por algunas de esas escenas, filmadas con una maestría increíble, ya vale la pena Fall.

Sin embargo, el mérito principal estriba en mantener nuestro interés durante todo el tiempo contando solamente con las dos protagonistas en lo alto de la torre. Y ello se logra gracias a que el guión sabe combinar el drama de la situación con el personal, al desvelar que Shiloh había tenido un romance con Dan a espaldas de Becky. Es cierto que es un recurso algo melodramático propio de una mala telenovela, pero está puesto ahí con cuidado de no cargar las tintas en exceso y cumple además la función de diversificar la historia, lo que ayuda y mucho a que nunca nos sintamos cansado o aburridos ante la simplicidad absoluta del decorado e intérpretes. No es pues un guión genial, pero sí que está bien pensado para que la historia transcurra con fluidez y eso sí que se consigue.

Hay también un pequeño truco del guión algo tramposo y un tanto increíble. No me parece imprescindible, pero añade un punto de sorpresa y dramatismo bastante impactante, que imagino que para eso está ahí, añadiendo pimienta a una historia ya de por sí bastante intensa.

Lógicamente, la importancia de Grace Caroline y de Virginia para que la película funcione es vital, pues ellas llevan todo el peso del drama. Y la verdad es que ambas resultan muy convincentes en sus papeles. 

Fall termina resultando un film que funciona correctamente por la habilidad del guión para explotar al máximo el planteamiento tan básico de la historia, al tiempo que el director sabe crear imágenes lo suficientemente potentes para meternos el corazón en un puño. Sin ser una maravilla, convence por su originalidad.

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