El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 19 de septiembre de 2023

Buscando a Eva



Dirección: Hugh Wilson.

Guión: Billy Kelly y Hugh Wilson.

Música: Steve Dorff.

Fotografía: José Luis Alcaine.

Reparto: Brendan Fraser, Alicia Silverstone, Christopher Walken, Sissy Spacek, Dave Foley, Joey Slotnick, Rex Linn, Deborah Kellner, Nathan Fillion, Jenifer Lewis, Cynthia Mace, Don Yesso, Carmen Moré. 

En 1962, durante la crisis de los misiles cubanos, Calvin Webber (Christopher Walken), un científico paranoico con el tema de la Guerra Fría, decide bajar al refugio antiatómico que ha construido con su esposa Helen (Sissy Spacek), embarazada de su primer hijo. Por un accidente, creyendo que ha caído una bomba atómica en la ciudad, permanecerán encerrados treinta y cinco años.

Buscando a Eva (1999) me recordó a las comedias de Fran Capra, donde un hombre inocente era vapuleado por tipos mucho más cínicos aunque al final vencía la honestidad y la pureza de espíritu.

En este sentido, el personaje de Adam (Brandan Fraser), con su inocencia al haber vivido toda su vida con sus padres en el refugio, me hizo acordarme de Gary Cooper en El secreto de vivir (Frank Capra, 1936). Porque Adam también es un joven tremendamente inocente, educado con las normas de cortesía y los principios de los años sesenta, que chocan brutalmente con el modo de vida de finales del siglo XX.

Como es de esperar, sus torpezas, su sinceridad, sus buenos modales y su ignorancia serán al principio fuente de problemas y burlas, pero serán a la larga las que acabarán enamorando a la cínica Eva (Alicia Silverstone), como no podría ser de otra manera.

Así, es al principio de la película, en especial cuando Adam sale del refugio en busca de provisiones, cuando vamos a disfrutar de los mejores momentos de la comedia, con el contraste entre las costumbres actuales y la ignorancia de Adam. Junto a algunos momentos graciosos, comprobamos como el supuesto progreso en realidad no ha traído nada mejor a la ciudad de Los Ángeles, transformando tranquilos barrios residenciales en zonas comerciales deprimidas.

El problema es que una vez que pasamos del impacto de la nueva realidad que encuentra Adam al principio de su romance con Eva, la película entra ya en un terreno mucho menos original y el brillo del comienzo se va apagando lentamente. Además, la manera en que Eva termina enamorándose de Adam no está desarrollado de un modo convincente, pues el guión aquí se precipita y no permite construir un proceso coherente, que hubiera sido más agradecido.

Por otra parte, todo lo que sucede a partir de ahí es ya demasiado banal y sin ninguna pizca de originalidad. Sigue siendo amable, pero muy poco estimulante, de manera que Buscando a Eva termina desinflándose tristemente.

Además, la referencia al cine de Capra, sin querer entrar en demasiados detalles, acaba por demostrar las flaquezas de una comedia que, en su época, puede estar en la media, pero que sufre muchísimo cuando la comparamos con las comedias de los años treinta o cuarenta del siglo XX, quedando claro, como sucede en la cinta, que el supuesto avance en el tiempo no siempre es sinónimo de mejoría.

De todos modos, no deja de ser un film que transcurre agradablemente y se deja ver con gusto. La pena es que no pudiera mantener el nivel de su primera parte todo el tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario