El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 25 de septiembre de 2023

Los profesionales



Dirección: Richard Brooks.

Guión: Richard Brooks.

Música: Maurice Jarre.

Fotografía: Conrad L. Hall.

Reparto: Lee Marvin, Robert Ryan, Woody Strode, Burt Lancaster, Jack Palance, Ralph Bellamy, Claudia Cardinale, Joe De Santis, Rafael Bertrand, Jorge Martínez de Hoyos, Marie Gómez. 

Joe Grant (Ralph Bellamy), un hombre adinerado, contrata a cuatro hombres para que liberen a su esposa María (Claudia Cardinale), secuestrada por Jesús Raza (Jack Palance), un revolucionario mexicano.

Western tardío que sin embargo sigue apelando a los valores tradicionales más clásicos del género. Ya el punto de partida, rescatar a una mujer secuestrada, apela a la tradicional caballerosidad y al deber de proteger y socorrer a los más débiles.

A partir de ahí, Los profesionales (1966) no se despega del ensalzamiento de otros rasgos nobles como el valor, la camaradería e incluso el respeto por el enemigo que pelea con nobleza, lo que queda patente en el enfrentamiento de Bill Dolworth (Burt Lancaster), uno de los hombres contratados para rescatar a María, con Raza y Sisi (Marie Gómez) donde, a pesar de batirse en un duelo a muerte, no dejan de lado el respeto, cierto grado de amistad y hasta de cariño. 

Además, Richard Brooks pudo contar con un reparto bastante sólido, con el pétreo Lee Marvin o el siempre carismático Burt Lancaster. Robert Ryan, por desgracia, está bastante mal aprovechado, con una contribución prácticamente testimonial. En cuanto a Claudia Cardinale, su presencia solamente se justifica por su belleza y parece un intento de internacionalizar su figura, como sucedió con Sara Montiel, también reclutada para el western. Ambas bellezas según los cánones de entonces, pero con escaso talento.

Sin embargo, a pesar de estos méritos, a los que podríamos sumar cierto nivel en los diálogos, la historia no deja de parecerme un tanto forzada. Es de esas películas en las que cuesta meterse de lleno, pues siempre tenemos la sensación de que se trata de productos poco naturales, basados en demasiados tópicos, con un dramatismo artificial y unos personajes que solamente parecen fachadas.

Es por ello que este tipo de westerns nunca me resultaron tan apetecibles como señalan algunas críticas y no dejan de parecerme una deformación de los principios del género una vez pasada su etapa de gloria, llegando entonces a una especie de perversión de su esencia, cayendo en el manierismo.

A pesar de lo cuál, hay que reconocer que la historia resulta bastante interesante y Richard Brooks controla el ritmo y ofrece abundantes momentos de tensión como para crear un film muy dinámico. Hay ciertas inconsistencias en el guión, es cierto, pero menores, y el final seguramente gustará al público en general, con esa especie de justicia por encima del apego al dinero. Un sacrificio para mayor gloria de nuestros héroes, defensores de grandes valores. Como vemos, seguimos en la grandilocuencia.

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