Dirección: Peter Berg.
Guión: Peter Berg, Matt Charman y Eric Johnson I
Música: Steve Jablonsky, Trent Reznor y Atticus Ross.
Fotografía: Tobias A. Schliessler.
Reparto: Mark Wahlberg, Kevin Bacon, John Goodman, J. K. Simmons, Michelle Monaghan, Themo Melikidze, Alex Wolff, James Colby, Jimmy O. Yang, Vincent Curatola, Michael Beach, Rachel Brosnahan, Christopher O'Shea, Melissa Benoist, Khandi Alexander.
15 de abril de 2013, durante la maratón de Boston dos bombas colocadas entre el público estallan provocando el caos. El FBI y la policía se lanzan a la caza de los terroristas.
Se entiende la necesidad de un film como Día de patriotas (2016) como vía de escape del dolor causado por ese atentado y también para reivindicar el valor y la entereza de víctimas y cuerpos de seguridad. Dejando de lado cuestiones políticas, es evidente que un drama así resulta especialmente doloroso.
La virtud del film de Peter Berg es el equilibrio entre el drama y la investigación para detener a los culpables, sin renunciar a espectaculares momentos de acción y un discurso que sabe crear la tensión necesaria en momentos puntuales. En este sentido, se agradece que Berg huyera del panfleto político o ideológico, un peligro que sin duda estaba muy presente.
Es verdad que son inevitables los momentos dramáticos, al principio, con el atentado. Pero si las imágenes son impactantes, se nota que el director no busca recrearse en ellas, sino que las utiliza para mostrar el caos y el dolor causados por las bombas.
Pasado ese momento, que además hay que reconocer que está filmado con gran eficacia, el relato se centra en la investigación para identificar a los responsables. De nuevo, el director opta por un enfoque objetivo, siguiendo sin duda las líneas reales de investigación. No enfatiza en la heroicidad de nadie en particular y muestra un desarrollo que combina los datos reales con una puesta en escena que consigue crear un clima de tensión realmente asfixiante por momentos, como con el asesinato del policía en su coche patrulla o el robo del Mercedes.
Pero sin duda el momento culminante es el tiroteo entre la policía y los terroristas, resuelto con una brillantez notable. Sin duda, el saber que el film se basa en datos reales añade además un toque de dramatismo y fuerza especiales a esos momentos. Incluso, al basarse en hechos verificados, el relato se mueve por escenarios alejados de esa tendencia de muchas historias hacia las sorpresas de última hora o los duelos singulares entre el héroe y el malvado. Aquí los hechos son más coherentes, como por ejemplo la detención de Dzhokhar (Alex Wolff), filmada con eficacia pero sin la espectacularidad que tal vez hubiera tenido de tratarse de una ficción.
También he de reconocer que el final me resultó algo excesivo. Entiendo la importancia de recoger los testimonios de algunas de las víctimas y autoridades, pero considero que no era necesario extender tanto la cinta, pues el mensaje positivo ya había quedado perfectamente expuesto. De nuevo, hemos de entender la motivación y la finalidad de la película que seguramente para sus creadores necesitaba este epílogo. En todo caso, tampoco resulta superfluo y como de nuevo estamos ante testimonios reales, tienen su encaje y su importancia.
Sinceramente, esperaba mucho menos de Día de patriotas, pues me temía que predominara un mensaje de odio o un simple panfleto ideológico. Al final, el enfoque predominantemente humano y la intención de darle al relato una carga de intriga importante la convierten en una película intensa, emocionante y muy válida como medio de mostrar lo sucedido para asimilarlo y seguir adelante.
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