El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 12 de septiembre de 2023

Gardenia azul



Dirección: Fritz Lang.

Guión: Charles Hoffman (Historia: Vera Caspary).

Música: Raoul Kraushaar.

Fotografía: Nicholas Musuraca (B&W).

Reparto: Anne Baxter, Richard Conte, Ann Sothern, Raymond Burr, Jeff Donnell, Richard Erdman, George Reeves, Ruth Storey, Ray Walker, Nat King Cole. 

Norah (Anne Baxter), a la que acaba de dejar su novio, accede a salir a cenar con Harry Prebble (Raymond Burr), un empedernido ligón. Tras haber bebido demasiado, North no recuerda con claridad lo sucedido después, en el apartamento de Harry, pero los periódicos dan cuenta de su asesinato a la mañana siguiente.

Fritz Lang tuvo una extensa carrera en Hollywood y hemos de reconocer que no todas sus películas tienen el mismo peso específico. Gardenia azul (1953) es una cinta interesante, pero irregular.

Si dividimos la película en tres actos, el primero y el tercero son muy buenos, pero en el segundo es donde la cinta cae un poco, reclamando tal vez que se hubiera recortado el metraje o, al menos, que el director hubiera podido darle algo más de agilidad a un intermedio que entorpece el buen comienzo.

Aquí es donde vamos conociendo a los personajes, que se perfilan con claridad gracias a un guión muy preciso a la hora de describirlos, en especial al dibujante Harry Prebble, que queda perfectamente retratado en una simple conversación telefónica, y a Norah, una mujer tal vez demasiado confiada e inocente.

Una vez que se desvela el asesinato de Harry es cuando el desarrollo se encalla con algunos momentos algo repetitivos sobre la angustia de Norah y su miedo creciente a ser detenida. Afortunadamente, la parte final resulta de nuevo muy interesante, con algunos momentos realmente conseguidos, como la decepción de Norah cuando descubre que Casey Mayo (Richard Conte), el periodista que le había ofrecido su ayuda, no ha sido sincero con ella y provoca su arresto.

También el desenlace, algo brusco es cierto, pero muy logrado, confirma el buen tono de un guión no excesivamente rebuscado pero que funciona con gran eficacia.

Con una Anne Baxter que confiere a Norah toda la fragilidad que requiere su personaje, Gardenia azul es un film que sin llegar a altos niveles sí que demuestra estar sólidamente construido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario