El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 1 de septiembre de 2023

The Company Men



Dirección: John Wells.

Guión: John Wells.

Música: Aaron Zigman.

Fotografía: Roger Deakins.

Reparto: Ben Affleck, Chris Cooper, Kevin Costner, Tommy Lee Jones, Maria Bello, Rosemarie DeWitt, Craig T. Nelson, Nancy Villone, Tom Kemp. 

Año 2008, la crisis financiera golpea Estados Unidos y la empresa GTX sufre las consecuencias. La solución: un recorte drástico de plantilla. 

The Company Men (2010) es un film extraño: aborda un drama tan serio como la pérdida del puesto de trabajo y a pesar de ello no provoca ninguna emoción.

Quizá uno de los motivos de ello sea que el discurso de John Wells resulta muy poco natural. Tiene un modo de adentrarse en las vidas de los protagonistas demasiado estudiada, buscando de manera demasiado evidente un estilo fragmentado de contar las cosas. Hay datos que debemos adivinar o que se desvelan después de muchos minutos, corta escenas que daban para más, los diálogos la mayoría de las veces resultan poco contundentes y elude deliberadamente el tono dramático, lo cuál en un relato como este no tiene sentido. No quiero decir que tenga que forzar las cosas, pero sería muy útil darle algo de emoción a determinados momentos. Ahora mismo la única escena que recuerdo con algo de intensidad es una conversación entre Bobby (Ben Affleck) y su esposa Maggie (Rosemarie DeWitt) en la que ella llora, consiguiendo al fin comunicarnos algo de emoción.

En el resto de la película, nada de nada. Ni siquiera cuando Phil Woodward (Chris Cooper) se suicida, el director consigue darle algo de sentimiento a la escena, que tiene la misma frialdad que el resto.

Si a nivel del drama personal la película no funciona con fuerza, tampoco el relato de la crisis económica se trasmite con claridad. Tal vez porque los protagonistas son tipos acomodados, con lo que la percepción de su drama es menor. Por ejemplo, la casa de Bobby la pueden vender por cerca de 900.000 dólares, con lo que pena no dan. Más bien trasmiten la sensación de personas materialistas que llevaban un tren de vida demasiado alto, gastando todo lo que ganaban con una alegría irresponsable. Incluso Gene McClary (Tommy Lee Jones), que también pierde el empleo, tiene tantas acciones que puede ganar 500.000 dólares en una mañana.

Está claro que los dramas de la élite no parecen tan graves como las del resto de los mortales.

Pero además, si el desarrollo era anodino, el final es bastante absurdo. Los pocos conflictos que había, como el de Bobby con su cuñado (Kevin Costner), se resuelven maravillosamente, descubriendo que en realidad todo provenía de cierta falta de comunicación entre ellos, pero en el fondo eran dos buenas personas que acaban entendiéndose y apreciándose. Un conflicto muy leve resuelto con total simplicidad.

Por lo demás, el guión remata el supuesto drama con un final feliz bastante artificial. Una especie de paño caliente que busca reconciliarnos con el lado positivo de la vida. Muchos de los despedidos de GTX vuelven a unir fuerzas en una nueva empresa y aquí paz y después gloria.

The Company Men parece un cuento para niños. Está tan estudiada que no convence en nada de lo nos cuenta.

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