El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 28 de julio de 2023

10 razones para odiarte



Dirección: Gil Junger.

Guión: Karen McCullah Lutz y Kirsten Smith.

Música: Richard Gibbs.

Fotografía: Mark Irwin.

Reparto: Julia Stiles, Heath Ledger, Joseph Gordon-Levitt, Larisa Oleynik, Larry Miller, Andrew Keegan,  David Krumholtz, Susan May Pratt, Daryl Mitchell, Alison Janney.

Nada más llegar a su nuevo instituto, Cameron (Joseph Gordon-Levitt) se siente irresistiblemente atraído por Bianca (Larisa Oleynik). Pero hay un problema para invitarla a salir, su padre (Larry Miller) ha prohibido que su hija menor tenga una cita mientras no la tenga también Kat (Jules Stiles), su hija mayor, conocedor de su carácter arisco que la mantiene apartada de la vida social propia de su edad.

10 razones para odiarte (1999) es una comedia romántica de adolescentes, lo que en principio implicaría romances un tanto infantiles, bromas sobre el sexo y un desarrollo bastante plano y predecible.

Y es cierto que en muchos momentos la película se desarrolla por esos derroteros. Sin embargo, algunos detalles hacen que se salga de los cauces más vulgares y ofrezca algunas notas interesantes.

En primer lugar, está inspirada en "La fierecilla domada" de William Shakespeare y, aunque la acción esté llevada al presente, es evidente que se nota en el argumento que no es una típica historia al uso. De hecho, el personaje de Kat es muy interesante y al menos presenta a una joven con ideas propias, independiente y segura de sí misma, en contraste con su hermana, mucho más apegada a los roles estereotipados de las chicas de esa edad.

Sin embargo, el contraste entre ambas es necesario y a la vez dará lugar a momentos de cierta intensidad cuando Kat le demuestre a Bianca que en realidad se preocupa por ella y, a su manera, ha intentado protegerla.

Incluso hay otras escenas realmente logradas, como la de la canción que le canta Patrick (Heath Ledger) a Kat o esa en que el padre se sincera con Kat sobre sus miedos. La pena es que estos momentos, donde se alcanza cierta sinceridad, no abundan demasiado y en el desarrollo predominan las situaciones más infantiles que al final acaban penalizando las posibilidades de llevar esta comedia a terrenos menos intrascendentes.

Sin embargo, a pesar de todos los defectos de 10 razones para odiarte, que son muchos, hay algo que le confiere un encanto especial. Puede ser por el reparto, con una encantadora Julia Stiles o los jóvenes Heath Ledger y Joseph Gordon-Levitt que consiguen que le cojamos cierto cariño a sus personajes. Además, el enamoramiento de Kat y Patrick, dos bichos raros en el instituto sobre los que circulan rumores tremendos, está llevado de manera realmente admirable y resulta muy natural, encantador y divertido. Incluso el consabido enfado entre ellos no se lleva al límite y cumple su cometido meramente funcional, pero se corta pronto y de manera admirable, con el poema de Kat y el regalo de la guitarra por parte de Patrick, que pone el mejor broche a su entrañable romance.

Sin ser una gran comedia, 10 razones para odiarte sí que se sitúa un peldaño por encima de los productos de esta categoría y, aunque es bastante previsible, se disfruta con agrado siempre que seamos conscientes de lo que realmente va a ofrecernos.

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