El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 8 de julio de 2023

Sombras de sospecha



Dirección: Michael Anderson.

Guión: Joseph Stefano (Novela: Max Ehrlich).

Música: William Alwyn.

Fotografía: Erwin Hillier (B&W).

Reparto: Gary Cooper, Deborah Kerr, Eric Portman, Diane Cilento, Hermione Gingold, Peter Cushing, Michael Wilding, Ronald Howard, Ray McAnally. 

El testimonio de George Radcliffe (Gary Cooper) hace que condenen a un compañero de trabajo por el asesinato y el robo de una gran cantidad de dinero. Casi al mismo tiempo, George se convierte en un hombre rico, por lo que su esposa Martha (Deborah Kerr) empieza tener dudas sobre su declaración en el juicio. Pero será la llegada de una carta acusándolo abiertamente del crimen la que acreciente terriblemente sus sospechas.

Si es famosa Sombras de sospecha (1961) es por ser la última película de Gary Cooper, que moriría en 1961 antes incluso de que se estrenara.

Como obra cinematográfica, la película intenta imitar los argumentos de Alfred Hitchcock sobre un hombre en el que recaen las sospechas de ser un asesino y un ladrón. Lógicamente, el director mantendrá la duda sobre la culpabilidad de George hasta el mismísimo final, de manera que podamos compartir las sospechas de su esposa que, conforme va investigando más sobre el caso, se encuentra cada vez más persuadida de la culpabilidad de su marido.

No desvelaré la verdad para evitar que quien lea esto sin haber visto Sombras de sospecha vea arruinada la experiencia, pues todo el interés de la cinta reside precisamente en mantener ese misterio. Y de ahí la debilidad de la película, pues en ese empeño de jugar con las dudas se olvida realmente de todo lo demás, de manera que los protagonistas no acaban de perfilarse y la relación de George y Martha queda completamente en la sombra. Ello impide que podamos implicarnos más abiertamente en el drama y las sospechas de Martha no llegan a calarnos muy hondo, pues son personajes bastante ajenos a nosotros.

Además, al no desarrollar todo lo secundario a la intriga principal, ésta es la única con protagonismo y todo el desarrollo gira en torno a las sospechas de la esposa y los pocos eficaces desmentidos de George, de manera que la historia termina por hacerse un tanto repetitiva y a mitad de la película me sentía un tanto cansado de escenas que giraban con escasas variaciones sobre el mismo tema.

Nos queda, eso sí, poder disfrutar de Gary Cooper y su porte elegante, incluso estando ya bastante enfermo. Deborah Kerr, en cambio, no me resultó tan convincente, tal vez porque su personaje no termina de cobrar fuerza y sus dudas no parecen realmente convincentes.

En todo caso, Sombras de sospecha es una película con cierto interés; es cierto que no figura entre lo mejor de Gary Cooper ni del género de misterio, pero tampoco es un producto mal realizado y aunque el final tampoco es excesivamente original y un tanto cogido con alfileres, no nos quedamos del todo insatisfechos con la historia.

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