El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 16 de julio de 2023

Noche en la ciudad



Dirección: Jules Dassin.

Guión: Jo Eisinger (Novela: Gerald Kersh).

Música: Franz Waxman.

Fotografía: Max Greene (B&W).

Reparto: Richard Widmark, Gene Tierney, Googie Withers, Hugh Marlowe, Francis L. Sullivan, Herbert Lom, Stanislaus Zbyszko, Mike Mazurki, Charles Farrell, Ada Reeve, Ken Richmond. 

Harry Fabian (Richard Widmark) es un rufián de poca monta que sin embargo sueña con montar algún negocio que lo saque de la miseria en la que vive. Pero la suerte no le acompaña.

Última película norteamericana de Jules Dassin que tuvo que filmar ya en Londres al estar bajo la lupa del senador McCarthy en su tristemente famosa Caza de brujas, por lo que el director ya no regresaría a los Estados Unidos al terminar la película e iniciaría su exilio en Europa, que duró dieciocho años nada menos.

Noche en la ciudad (1950) se inscribe en la corriente del cine negro con ciertas variantes, como por ejemplo la ausencia de la habitual mujer fatal. Al contrario, aquí la novia de Harry, Mary (Gene Tierney), es una buena mujer que, a pesar de tener que sufrir las mentiras y hurtos de dinero de Harry, no deja de ayudarlo. 

Lo que no falta es el personaje perdedor, un tipo perseguido por su mala suerte que le juega aquí una de las bromas más pesadas posibles: cuando está a un paso de lograr el éxito que tanto ha deseado, un cumulo de pequeños detalles se confabulan para echarlo todo a peder.

Pero el retrato que se nos ofrece de Harry no es el de un delincuente ni el de una mala persona. Harry solamente es un hombre que aún no ha madurado lo suficiente para ver la realidad tal cuál es y sigue presa de sus fantasías, buscando el negocio perfecto que lo lleve a la cima del éxito, al menos en su mundo de maleantes y estafadores. A Harry le puede su entusiasmo sin fundamento que le hace verlo todo perfecto. Incluso hasta el punto de que es incapaz de escuchar los consejos de su novia. Cuando olfatea una oportunidad, nada puede detenerlo. 

Pero Harry es un cabeza hueca y además, con mala suerte. La película arranca con nuestro protagonista escapando de alguien a quien debe dinero y termina de nuevo con Harry huyendo, pero esta vez de quienes lo quieren matar. Y es en ese momento desesperado cuando al fin es capaz de ver con claridad y aceptar su destino. Solo le queda poder hacer algo útil por Mary, al menos una vez en su vida. Pero incluso eso le saldrá mal.

Jules Dassin aprovecha el rodaje en exteriores para meternos de lleno en los bajos fondos de Londres, con calles oscuras, pisos pequeños, cabañas ruinosas a orillas del Támesis y todo ello con una luz que potencia las sombras y trasmite una imagen muy cercana a los films neorrealistas italianos.

Noche en la ciudad es un film pesimista, trágico y muy triste donde un cúmulo de traiciones entre varios personajes de los bajos fondos van cerrando el círculo en torno a nuestro protagonista, que parece incapaz de dominar los acontecimientos. Incluso sus grandes ideas, su ingenio, terminan volviéndose en su contra, como si una maldición pesara sobre él.

Quizá en el debe de la película se podría argumentar que el guión parece demasiado simple y que hubiera necesitado tal vez una mayor profundización en los personajes que pululan alrededor de Harry y que no terminan de adquirir la dimensión necesaria para apuntalar el drama. Aún así, no deja de ser una gran película.

No hay comentarios:

Publicar un comentario