Dirección: Joe Carnahan.
Guión: Kurt McLeod y Joe Carnahan (Historia: Mark Williams y Kurt McLeod).
Música: Clinton Shorter.
Fotografía: Juanmi Azpiroz.
Reparto: Gerard Butler, Frank Grillo, Alexis Louder, Toby Huss, Chad L. Coleman, Ryan O'Nan, José Pablo Cantillo, Kaiwi Lyman, Robert Walker-Branchaud, Tracey Bonner.
La policía de un pequeño pueblo de Nevada encierra a un hombre llamado Teddy (Frank Grillo) por pegar un puñetazo a la agente Valerie Young (Alexis Louder). Poco después, encierran en la misma comisaría a un borracho sin documentación.
Juego de asesinos (2021) tiene las virtudes y los defectos del cine actual: es entretenida y trepidante, descarada y hueca; puro de cine de palomitas que, sin embargo, habría dado para más a poco que se quisiera.
Porque la idea de encerrar en una misma comisaría a un delator de la mafia y al asesino a sueldo contratado para liquidarlo, Bob Viddick (Gerard Butler), crea desde el comienzo una tensión genial que el guión sabe acrecentar con un policía corrupto y otros ingredientes que convierten el arranque de la película en memorable. Por si fuera poco, la llegada de otro asesino, un psicópata interpretado por Toby Huss, que se carga a todo el mundo en la comisaría aumenta el grado de tensión de manera exponencial.
Es una primera parte realmente lograda, con el añadido de un sitio cerrado, muchas incógnitas que se van desvelando poco a poco y unos personajes duros, rotundos, que incrementan el interés y hacen rondar el peligro a cada instante.
Es verdad que hay algunos momentos en que la tensión parece debilitarse en un par de escenas donde predominan los diálogos, algo que parece recordarnos el estilo de Tarantino, que apasiona a muchos y es el exponente perfecto de la vacuidad del cine actual.
Sin embargo, toda la seriedad y emoción del inicio se vienen abajo definitivamente en un desenlace tan retorcido como absurdo. Y aquí es donde seguramente muchos espectadores discreparán de mi punto de vista, pues es verdad que la locura del desenlace tiene su atractivo y seguramente es lo que le da el toque especial a Juego de asesinos; sin embargo, creo que no era necesario recurrir a tanta chaladura que, en mi opinión, arruina toda la fuerza de la primera mitad, convirtiendo la película en algo absurdo, divertido quizá, pero absurdo.
Supongo que es el peaje que nos obliga a pagar la falta de ideas que reina en muchas cintas contemporáneas, que no buscan credibilidad y lo sacrifican todo al espectáculo que, en el fondo, disimula la escasa originalidad de sus historias, sin profundidad, orientadas solamente a intentar deslumbrar, tenga o no sentido lo que proponen.
Al final, hay que valorar si el desarrollo previo al circo final compensa los desmanes del desenlace. En gran medida, creo que sí, pues durante las tres primeras partes del film hemos vivido una historia que nos atrapa. Si el guión se hubiera decantado por un final más sensato, estaríamos hablando de un buen film de acción, pero tal y como se desarrolla, al final es un simple entretenimiento eficaz, pero estropeado en su último tramo.
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