El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 12 de julio de 2023

El contable



Dirección: Gavin O'Connor.

Guión: Bill Dubuque.

Música: Mark Isham.

Fotografía: Seamus McGarvey.

Reparto: Ben Affleck, Anna Kendrick, J.K. Simmons, Jon Bernthal, Cynthia Addai-Robinson, Jean Smart, Jeffrey Tambor, John Lithgow, Alison Wright, Gary Basaraba. 

Christian Wolff (Ben Affleck) padece autismo desde pequeño; ello hace que le cueste relacionarse normalmente con los demás, pero le ha dado una excepcional inteligencia para las matemáticas y ahora es un excelente contable con importantes clientes.

El contable (2016) es una película de acción que intenta parecer seria y profunda, el problema que le encuentro es que es todo tan rocambolesco en el guión que cuesta creérsela y quizá hubiera sido mejor darle un enfoque más de parodia, al menos podríamos habernos reído.

Porque la historia de Christian y sus vínculos con mafias de la droga y terroristas resulta demasiado extraña como para resultar convincente, de la misma manera que el personaje, un autista experto en defensa personal que sería la envidia del mismo Rambo. Para que podamos creernos esta idea, el guión se esfuerza por medio de flashbacks en contarnos la historia de Christian desde su infancia, con un padre que se empeñó en enseñar a sus hijos a defenderse a base de entrenamientos realmente duros. Al final, la explicación resulta aún más increíble que el personaje de Christian.

Debido a ésto, a lo largo de toda cinta hemos de hacer realmente un esfuerzo para tragarnos el argumento, que además se va complicando con una trama que es verdad que aporta algo de intriga pero que, finalmente, no está del todo muy bien desarrollada. Sobre todo con el personaje de Dana (Anna Kendrick) que nunca acaba de integrarse en la historia y se queda como un añadido un tanto forzado con escasa trascendencia en la aventura, salvo para la nota tierna final que parece casi el único motivo de su presencia.  

Del mismo modo que las investigaciones de los agentes del Tesoro Raymond King (J.K. Simmons) y Marybeth Mediana (Cynthia Addai-Robinson) sobre Christian tampoco resultan tan interesantes como debieran y parecen estar ahí de manera que sirvan para aclarar ciertos puntos más o menos oscuros sobre Christian y sus actividades.

Sin embargo, donde el guión descarrila lamentablemente es en el final, donde se busca un encaje demasiado forzado de las cosas y lo que se consigue es darle la puntilla a una historia ya de por sí difícil de aceptar pero, con esas explicaciones y casualidades finales, termina por parecer un compendio de arbitrariedades sin sentido.

El contable pretende darle un fondo dramático y serio a un simple film de acción. La idea podría dar buenos resultados, pero siempre que las cosas se expusieran con lógica y el argumento resultara creíble. Lo único que consigue Bill Dubuque es mostrar su falta de ideas y de talento para construir algo medianamente sólido.

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