Dirección: Nicholas Ray.
Guión: James Edward Grant (Historia: Kenneth Gamet).
Música: Roy Webb.
Fotografía: William E. Snyder.
Reparto: John Wayne, Robert Ryan, Don Taylor, Janis Carter, Jay C. Flippen, William Harrigan, James Bell, Barry Kelley, Maurice Jara, Adam Williams.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el mayor Dan Kirby (John Wayne) es nombrado comandante de un escuadrón de combate algo indisciplinado. Su primer destino será Guadalcanal.
Infierno en las nubes (1951) es un film bélico con el sello inconfundible del estilo clásico del género, cuando una película de guerra era exactamente eso, nada más y nada menos. Además, hemos de tener en cuenta que es un producto para exaltar a los vencedores, de ahí que los japoneses solo aparezcan como objetivos, desprovistos casi de toda humanidad.
Este estilo, sin aristas, seguramente podría ser criticado por simplista y manipulador. Es cierto. Pero como estamos ante una película y no un documental, hemos de valorar que, en consecuencia, ofrece un espectáculo sencillo y directo. Ni pretende engañar sobre sus intenciones ni ser algo diferente de lo que es.
Nicholas Ray demuestra con su trabajo que entiende perfectamente los tiempos del relato, sus necesidades y sus reglas y así, aún con una preponderancia abrumadora de las escenas de guerra, tomadas de archivos, lo que les confiere una gran fuerza por su autenticidad, no descuida la parte meramente humana y expone con sencillez y precisión el enfrentamiento entre Kirby y su primer oficial, el capitán Griffin (Robert Ryan), por tener conceptos y sentimientos opuestos en cuanto a cómo tratar a sus subordinados. Este detalle es imprescindible para darle un punto de apoyo al mero relato bélico. Y lo mismo sucede con el desarrollo personal de los protagonistas, definiendo a algunos pilotos con precisión al comienzo de la película para que sus muertes o lesiones lleguen a tener un significado para los espectadores.
Y es precisamente en esta faceta donde Nicholas Ray demuestra su valía, en especial con el regreso de Kirby a su hogar. La escena del reencuentro con su esposa (Janis Carter) es realmente emotiva dentro de una sencillez encomiable.
No faltan, siguiendo los cánones clásicos, los pequeños detalles de humor para aligerar el drama y que normalmente suelen ser un tanto banales y en este caso Infierno en las nubes no escapa a la crítica.
También hay que señalar que las escenas de combates aéreos llegan a cansar al repetirse situaciones muy parecidas con demasiada asiduidad. Habría sido mejor limitar esas secuencias, pero estando al frente del proyecto Howard Hughes, amante de todo lo relacionado con la aviación, era de esperar el protagonismo de estos momentos.
Sin ser un film bélico excepcional, pues los mejores minutos son precisamente los que tienen lugar lejos del frente, Infierno en las nubes tiene la eficacia de su simplicidad. De ahí que funcione como pasatiempo si no nos metemos en análisis históricos profundos y la disfrutamos sin prejuicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario