El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 3 de julio de 2023

Diario de una niñera



Dirección: Robert Pulcini y Shari Springer Berman.

Guión: Robert Pulcini y Shari Springer Berman (Novela: Emma McLaughlin y Nicola Kraus).

Música: Mark Suozzo.

Fotografía: Terry Stacey.

Reparto: Scarlett Johansson, Laura Linney, Alicia Keys, Chris Evans, Donna Murphy, Nicholas Reese Art, Judith Roberts, Julie White, Paul Giamatti. 

Tras terminar sus estudios universitarios, Annie Braddock (Scarlett Johansson) empieza a buscar trabajo cuando, por casualidad, le llueven las ofertas para ser niñera. Y decide probar.

Diario de una niñera (2007) pretende ser una mirada antropológica a las clases ricas, muy ricas, de Nueva York. Gente que nada en la abundancia, vive en la zona más exclusiva de la ciudad, gasta el dinero como si no fuera a agotarse nunca y se pueden permitir el lujo de tener criados que les resuelvan las tareas cotidianas, incluso el criar a sus hijos. El inconveniente de esta peculiar intención es que el guión se mueve en un terreno tan previsible y tan cargado de tópicos que no resulta creíble.

El personaje de la Señora X, muy bien interpretado por una convincente Laura Linney, es un cúmulo de tópicos, por lo que resulta tan ridícula como imposible. Lo peor es que el film es tan bienintencionado que se atreve con operar un milagro con dicha señora que de nuevo resulta del todo imposible de creer.

Se podría también esperar algo más de intensidad y protagonismo a los esfuerzos de Annie por ganarse al pequeño Grayer (Nicholas Reese Art), pero tampoco aquí el guión se toma su tiempo y recurre a un par de momentos poco inspirados, de manera que tampoco logramos sentir empatía hacia la relación de Annie y el pequeño.

Se podría argumentar, en defensa de la película, que es una sencilla comedia y por lo tanto no es necesario ser demasiado exigentes con un argumento que solo pretende entretener. Pero lo que no se puede pasar por alto es una falta tan grande de originalidad, el caer siempre en lo fácil con la sensación de que los guionistas no se han estrujado demasiado el cerebro y han ido por el camino menos complicado.

Afortunadamente contamos con la presencia de Scarlett Johansson y aunque su personaje no sea demasiado interesante, ella logra darle un encanto especial, de manera que se lleva mucho mejor el repertorio de escenas tan poco elaboradas. Incluso el romance de Annie con el vecino guaperas (Chris Evans) es tan convencional que resulta absolutamente intrascendente a la hora de generar un mínimo de emoción.

Es cierto que la puesta en escena está muy cuidada y que es muy agradable ver las referencias a Mary Poppins (Robert Stevenson, 1964), pero en general la película nos deja una impresión de falta de esfuerzo a la hora de construirla, resultando una comedia muy blandita por todos los lados, sin ninguna gracia y tan poco profunda como previsible.

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