El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 26 de julio de 2023

Derribad al hombre



Dirección: Danielle Krudy y Bridget Savage Cole.

Guión: Danielle Krudy y Bridget Savage Cole.

Música: Jordan Dykstra y Brian McOmber.

Fotografía: Todd Banhazl.

Reparto: Morgan Saylor, Sophie Lowe, Annette O'Toole, Marceline Hugot, Gayle Rankin, Will Brittain, Skipp Sudduth, Ebon Moss-Bachrach, June Squibb, Margo Martindale.

Tras discutir con su hermana Priscilla (Sophie Lowe) el día del entierro de su madre, Mary Beth (Morgan Saylor) se va a un bar donde conoce a Gorski (Ebon Moss-Bachrach), un tipo extraño que termina dándole miedo. Cuando Mary Beth intenta huir de él, accidentalmente acaba matándolo.

Derribad al hombre (2019) es un film realmente sorprendente y más aún si consideramos el panorama del cine actual. No podemos tampoco echar las campanas al vuelo, pero al menos las directoras y guionistas consiguen poner en pie una historia que nos mantiene en vilo en todo momento y que se va enriqueciendo y complicando a medida que pasan los minutos sin perder su apego a la realidad.

Easter Cove es un pequeño y aparentemente aburrido pueblo de la costa de Maine. Para Mary Beth es casi como una prisión y, al morir su madre, al fin piensa que ha llegado el momento de dejarlo atrás. Sin embargo, el mismo día del funeral de su madre descubre que ésta no les ha dejado más que deudas, hasta el punto que van a perder hasta su casa.

Pero pronto ese será el menor de los problemas de Mary Beth, pues intentando librarse de un borracho peligroso termina matándolo. A pesar de que su hermana Priscilla está tentada a llamar a la policía en un primer momento, finalmente decide ayudar a su hermana a deshacerse del cadáver.

Sin embargo, no será el único muerto en el pueblo. A la mañana siguiente aparece el cuerpo de una prostituta del burdel regentado por Enid (Margo Martindale), vieja amiga de la madre de Priscilla y Mary Beth. Y no fue una muerte natural, la joven fue asesinada.

A partir de ahí, vamos descubriendo secretos relativos al pasado del pueblo, donde tienen mucho que decir las viejas amigas de la difunta. Las directoras componen así un relato en el que cada escena desvela algo nuevo, pone sobre el tapete una nueva amenaza, una sospecha, un enfrentamiento. Nadie parece libre de culpa y la tensión conseguida a base de una aparente normalidad es realmente magnífica. Además, otro detalle interesante es que no podemos anticiparnos a nada, el relato nos sorprende a cada instante con nuevos revelaciones dentro de un ambiente de aparente cordialidad pero con una tensión y una violencia soterrada que puede estallar en cualquier momento.

El buen trabajo de las directoras consigue mantenernos en vilo y nunca dejan que el relato se les vaya de las manos, manteniendo la tensión bajo control y planteando más insinuaciones que certezas, de manera que nunca dejamos de interrogarnos acerca del pueblo, de su pasado... y de su futuro.

Incluso el final vuelve a dejar todo en suspenso, prolongando nuestras dudas incluso después de apagarse la pantalla. Todo un ejercicio de inteligencia que consigue, con unos elementos muy limitados, crear un universo cerrado realmente denso, enigmático y sorprendente.

Además, contamos con un reparto sin tacha, donde todos los actores derrochan naturalidad, dando la impresión de no estar actuando en ningún momento.

Hay debuts muy prometedores y este de Danielle Krudy y Bridget Savage Cole sin duda lo es. Si siguen por este camino puede que aún puedan volver a sorprendernos.

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