El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 29 de julio de 2023

A sangre fría



Dirección: Frederic Petitjean.

Guión: Frederic Petitjean.

Música: Xavier Berthelot.

Fotografía: Thierry Arbogast.

Reparto: Jean Reno, Sarah Lind, Joe Anderson, David Gyasi, Ihor Ciszkewycz, François Guétary, Samantha Bond.

Henry (Jean Reno), un asesino a sueldo que se ha retirado a una cabaña en las montañas, alejado de todo, se encuentra un día con una mujer, Charlie (Sarah Lind), malherida por un accidente con una moto de nieve.

A sangre fría (2019) es un film extraño, porque apunta en varias direcciones y no profundiza en ninguna.

De entrada, una vez que conocemos la profesión de Henry, la película empieza a estancarse con escenas y personajes que se van alternando sin que sepamos muy bien cómo encajan entre ellas. Esto no es malo en sí, pues aporta un punto de intriga que puede ser explotado con habilidad. El inconveniente es que se alarga demasiado esta fase, ocupando casi toda la primera mitad de la película, de manera que al interés inicial lo reemplaza pronto cierto cansancio. Alargar demasiado el misterio sin nada más que ofrecernos se revela como un error.

Cuando al fin la historia empieza a aclararse, al descubrir las intenciones de Charlie, y cuando la película al fin podría ofrecernos algo apasionante, es cuando el guión empieza a mostrar sus carencias y el globo definitivamente se desinfla.

Henry por ejemplo, el personaje principal de la historia, se queda sin definir y no entendemos ni sus actos ni sus motivos, especialmente al final. Se pueden suponer, claro está, pero da la sensación de un guión que no desea comprometerse con nada y deja todo absolutamente en el aire, lo que es muy evidente con los otros personajes, que parecen envueltos en cierto misterio pero que al final no aportan nada a la trama.

Y podemos llegar a la conclusión de que casi es mejor que el guión no sea muy claro porque cuando pretende definir algunos detalles se muestra muy poco convincente. Así, la lógica de algunos hechos resulta un tanto confusa y muy poco convincente.

Volvemos de nuevo al peor mal que aqueja al cine contemporáneo: una falta absoluta de talento a la hora de crear historias. A sangre fría es un ejemplo perfecto: muchas pistas pero ninguna concreción, personajes sombríos pero sin contenido, diálogos intrascendentes, escenas de relleno. Todo un ejercicio de vacuidad.

Es una pena ver como se desperdicia un argumento con ciertas posibilidades a poco que se hubiera profundizado en los personajes, que tenían mucho recorrido. Al final, nos queda un film que es verdad que mantiene cierta intriga, pero donde a la hora de la verdad el guión nos muestra una absoluta falta de profundidad y coherencia.

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