Dirección: Arthur Penn.
Guión: Alan Sharp.
Música: Michael Small.
Fotografía: Bruce Surtees.
Reparto: Gene Hackman, Jennifer Warren, Susan Clark, Edward Binns, Harris Yulin, Kenneth Mars, Janet Ward, James Woods, Anthony Costello, John Crawford, Melanie Griffith, Ben Archibek.
Una actriz retirada (Janet Ward) contrata al detective Harry Moseby (Gene Hackman) para que intente encontrar a su hija Delly (Melania Griffith), de 16 años, que lleva un par de semanas desaparecida.
El cine de los años sesenta del siglo XX fue un tanto especial debido a la llegada de jóvenes realizadores que cambiaron la forma de entender y hacer cine. Entre ellos está Arthur Penn, que ya había dado muestras de su peculiar aproximación a los géneros clásicos con El zurdo (1958), un curioso western sobre la figura de Billy el Niño. Con La noche se mueve (1975) parece querer dar su personal visión del cine negro.
Para ello, Arthur Penn dota a su relato un ritmo lento, donde se toma su tiempo en cada secuencia y donde habría que destacar por encima de todo los diálogos, sin duda lo más interesante de la película y que, a pesar de mantenernos Arthur Penn a oscuras sobre lo que en realidad está sucediendo mientras Harry busca a Delly, que al final es algo anecdótico, son finalmente los que mantienen en pie la historia. Los diálogos y Gene Hackman, por supuesto, que se iba afianzando en esos años como un sólido actor capaz de encarnar cualquier personaje, aún cuando su físico no le hiciera ningún favor.
Sin embargo, el hecho de que el guión nos mantenga ignorantes de la verdadera trama de la película justo hasta los últimos minutos hace que la cinta pierda parte de su potencial, pues de habernos hecho partícipes desde mucho antes de las vinculaciones de unos personajes con otros, creo que la emoción hubiera sido mucho mayor. Por otro lado, he de confesar que el asunto de las piezas de arte me pareció un tanto confuso y el final, con avioneta incluida, demasiado rocambolesco. Pero en todo caso, en consonancia con una visión un tanto peculiar del director, pesimista y muy trágica, una constante de muchos de sus films. Afortunadamente, La noche se mueve es mucho más que eso.
Porque, a pesar de este fallo de concepto, creo que el film guarda un gran interés precisamente por no centrarse exclusivamente en la intriga y tener la habilidad y la inteligencia de saber construir unos personajes interesantes, profundos, con algo que contar más allá de sus trabajos. De ahí que a pesar de la lentitud con se desarrolla la película y que no sepamos de qué va durante casi toda la duración de la misma, bastante notable por cierto, nunca estemos ante escenas de relleno o fases sin interés. Cada conversación cuenta algo interesante y nos va descubriendo a los protagonistas, que adquieren verdadera dimensión humana.
Por eso, La noche se mueve puede decepcionar a los que esperan un film negro con más misterios y acción y se encuentran con un film más psicológico y humano. Está claro que ese deseable equilibrio entre intriga y desarrollo de los personajes no está muy logrado y de ahí que la cinta se quede a medias, sin alcanzar la excelencia. De todos modos, creo que es un film muy recomendable y un buen ejemplo del nuevo enfoque que nació en los años setenta.
Por cierto, la película es famosa también por la frase de Harry sobre las películas de Eric Rohmer: "Una vez vi una película de Rohmer y era como estar mirando crecer una planta".
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