El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 25 de agosto de 2023

Al filo del mañana



Dirección: Doug Liman.

Guión: Christopher McQuarrie, Jez Butterworth y Jon-Henry Butterworth (Novela: Hiroshi Sakurazaka).

Música: Christophe Beck.

Fotografía: Dion Beebe.

Reparto: Tom Cruise, Emily Blunt, Bill Paxton, Brendan Gleeson, Kick Gurry, Dragomir Mrsic, Charlotte Riley, Jonas Armstrong, Tony Way. 

La Tierra está siendo invadida por una raza de extraterrestres prácticamente invencibles. Pero una victoria inesperada infunde nuevas esperanzas a las tropas británicas, que preparan una contraofensiva. Al mayor William Cage (Tom Cruise), un relaciones públicas que nunca ha entrado en combate, lo envían a la primera línea del frente.

En el cine actual estamos más que saturados de películas de acción espectaculares basadas sobre todo en unos efectos especiales alucinantes que las convierten en visualmente impecables. El problema suele ser que los guiones resultan en general bastante poco ingeniosos y el resultado son películas vacías y estereotipadas.

Afortunadamente, Al filo del mañana (2014) escapa de esa tendencia y nos ofrece un grandioso espectáculo visual que también tiene un argumento potente detrás. Y esa es la clave para que resulte un film apasionante que nos mantiene en tensión durante todo el rato a pesar de su premisa tan inverosímil: el protagonista, cada vez que muere, resucita unas horas antes y puede intentar cambiar el futuro utilizando la experiencia y conocimientos adquiridos en cada nueva jornada antes de volver a morir.

Un argumento un tanto forzado que hay que asumir para poder disfrutar de la propuesta de Doug Liman.  Por suerte, el guión resulta lo bastante convincente para que terminemos por aceptar la resurrección de Cage sin muchos problemas. Y aquí me paro para hacerme a mí mismo una reflexión: la misma premisa de una invasión extraterrestre es de por sí inverosímil y sin embargo yo la aceptaba sin muchos problemas. En cambio, la muerte y resurrección de Tom Cruise era el principal obstáculo para ver Al filo del mañana. Sin duda, una extraña contradicción.

Una vez, por lo tanto, que asumimos todas las premisas imposibles de la historia, la película resulta un espectáculo muy atractivo. 

Por un lado, las escenas de acción están coreografiadas con maestría. Es evidente que no me contento solamente con ese detalle, que muchas películas igualan, lo que resta sin duda méritos a este tipo de ejercicios visuales, que parecen dominados sin problemas por el cine actual; pero un buen espectáculo ayuda y mucho a la crear la tensión deseada y a conseguir que vibremos con las secuencias sin pestañear.

Pero donde la película cobra realmente una dimensión más interesante es en la manera en la que el guión consigue crear una tensión específica con un argumento que sabe potenciar todos los elementos hasta conseguir un discurso cautivador que nos atrapa.

Por un lado, se diseña a los extraterrestres como una raza realmente inteligente, no solamente eficaces en el combate, sino capaces de tender ingeniosas celadas a los terrícolas de manera que su victoria será total si nada lo remedia. La explicación a esa inteligencia superior reside en un ejército estructurado como una colonia perfectamente organizada a cuyo frente está el Omega, una especie de general con poderes telepáticos que controla a su ejército. Pero ahí también está su punto débil: si se consigue matar al Omega, las fuerzas invasoras colapsarán. Este detalle de un enemigo terrible es esencial para que la trama resulte inquietante. No es nada nuevo, pero funciona muy bien.

Además de conseguir implicarnos en esta aventura, el guión también se preocupa de desarrollar unos protagonistas convincentes que consigan que empaticemos con ellos y de esta manera la tensión y el peligro están más que garantizados. Así, William Cage va evolucionando desde su cobardía inicial, que lo hace realmente antipático, hacia su heroísmo final (algo sorprendente, es cierto) de manera progresiva, lo que hace que poco a poco se transforme en el héroe deseado. Es un recurso interesante, pues no partimos de entrada del típico héroe perfecto, sino que el protagonista va evolucionando y superando sus miedos y limitaciones, lo que lo hace más cercano y un ejemplo de superación. Además, la figura de Rita Vrataski (Emily Blunt), necesaria para crear esa tensión sexual casi imprescindible en toda película, es fundamental también para el desarrollo de la historia y la relación que se establece entre ambos resulta un elemento clave en el buen funcionamiento de la historia.

Cabe señalar que Tom Cruise, sin ser un actor que me guste especialmente, realiza un trabajo más que eficaz, logrando hacer del todo convincente su evolución personal. Además, creo que es un acierto absoluto contar con Emily Blunt, una actriz maravillosa que, sin ser una belleza rotunda, sí que le aporta una mezcla muy convincente de belleza y fuerza a su personaje.

El guión además sabe jugar con gran habilidad con el tema de la vuelta atrás en el tiempo y después de las escenas iniciales, que se repiten con un fin claramente didáctico, el desarrollo posterior es ágil y evita que las vueltas con el tiempo puedan resultar molestas, logrando que el film avance sin estorbos hasta los momentos clave. Y aquí de nuevo el argumento demuestra su solidez al privar a Cage de su facultad de revivir, por culpa de una transfusión, de manera que afrontamos el tramo final con la tensión añadida de que sabemos que ahora, si muere, no hay vuelta atrás y toda la misión se irá al garete y nuestros protagonistas morirán definitivamente.

Con todos estos elementos bien manejados por el director, la cinta es un espectáculo que, al tiempo que resulta perfecto como film de acción, tiene los elementos necesarios para darle profundidad al relato y una tensión que no para de crecer hasta el desenlace. Aquí el equipo de producción barajaba dos alternativas: un final con la muerte de los protagonistas, aunque salvando al mundo de la invasión, o el final feliz más apetecible donde Cage vuelve atrás en el tiempo tras matar al Omega ya que, al hacerlo, el extraterrestre lo impregna con su sangre, lo que le devuelve la facultad de renacer.

Si bien de entrada Al filo del mañana no era una propuesta que me interesara especialmente, he de confesar después de verla que merece la pena. Y es que, como en cualquier género, se pueden conseguir muy buenos resultados reuniendo los elementos necesarios para ello.

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