El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 7 de agosto de 2023

The Equalizer (El protector)



Dirección: Antoine Fuqua.

Guión: Richard Wenk.

Música: Harry Gregson-Williams.

Fotografía: Mauro Fiore.

Reparto: Denzel Washington, Marton Csokas, Chloë Grace Moretz, Johnny Skourtis, David Harbour, Haley Bennett, Melissa Leo, Bill Pullman, David Meunier, Vladimir Kulich.

Robert McCall (Denzel Washington) es un tipo solitario que de día trabaja en unos almacenes de ferretería y por las noches, al no poder dormir, frecuenta un café donde conoce a Alina (Chloë Grace Moretz), una prostituta con la que entabla amistad. Cuando la joven sufre una paliza a manos de su chulo (David Meunier), Robert intenta ayudarla.

Tras la muy estimable Training Day (Día de entrenamiento ) (2001), Antoine Fuqua y Denzel Washington vuelven a trabajar juntos, esta vez en un film sobre un vengador solitario, lo que viene a ser una especie de versión de superhéroe sin capa. La verdad es uno ya empieza a estar aburrido de héroes de cómic y de héroes a secas, pues todas las historias suelen girar en unos parámetros tan estrechos que llegamos a cuestionar el trabajo de los guionistas, que tal vez solamente se limitan a cambiar un par de datos y de nombres en cada nueva entrega.

The Equalizer (El protector) (2014) no se despega para nada de los tópicos que pueblan los films de acción y repite consignas muy conocidas: un héroe que vive su vida tranquilamente hasta que una terrible acción le saca de su letargo y empieza a impartir justicia a derecha e izquierda. 

Es verdad que el guión juega con cierta habilidad manteniendo el misterio sobre la personalidad y las habilidades para la lucha de Robert durante el comienzo. Aunque no sea un recurso que logre engañarnos, sí que cumple su cometido con eficacia y proporciona un arranque con cierto toque novedoso. Además el director le imprime aquí un ritmo lento, potenciando los diálogos, lo que es de agradecer.

Pero es lo único. A partir del comienzo de la acción, donde el director no escatima escenas bastante explícitas, de una crueldad apabullante, algo que de nuevo desvela la escasa capacidad de inventiva de los padres del invento, que parece que lo apuestan todo a ser lo más desagradables posible, la película se mueve ya definitivamente por un terreno absolutamente conocido, sin la más mínima originalidad.

Para darle más fuerza a la historia, el guión tiene el buen criterio de intentar presentar un villano realmente aterrador con la figura de Teddy (Marton Csokas), buscando crear un rival a la altura del protagonista, que es una máquina de matar realmente impresionante. El problema es que Teddy, a pesar del esfuerzo del guión, no deja de ser un personaje tan cargado de tópicos que no termina de parecer real y nos cuesta de verdad temblar de miedo al verlo. Incluso sus actos, salvo una paliza al poco de aparecer en escena, no son realmente contundentes y el esperado duelo final con Robert nunca llega a producirse, pues nuestro vengador termina con Teddy muy fácilmente, mucho más incluso que con otro de sus secuaces.

Quizá el detalle que menos me convenció de todos sea la constante preocupación de Robert por ayudar a todo el mundo. Hay un mensaje moralista realmente molesto, un deseo de glorificar a Robert y convertirlo en una especie de cruzado redentor un tanto curioso. Junto a ello, el guión se encarga de que la venganza del protagonista no se quede solamente en los esbirros, sino que ha de ocuparse también del jefe que desde Rusia mueve los hilos de ese imperio del mal. Como la cinta ya se había extendido bastante, el guión liquida esta parte de manera rápida y un tanto toscamente.

No sé realmente cuál puede ser el interés de este tipo de películas. Es verdad que a veces surge una que aporta algo nuevo y destaca por encima del resto, pero la mayoría están cortadas por el mismo patrón y llegan a ser copias de un mismo modelo. Solamente la presencia de Denzel Washington, un actor que trasmite credibilidad y fuerza a sus personajes, eleva un poco esta cinta y termina siendo la única excusa que podemos esgrimir en su favor.

La película, que parte de una serie de televisión, tuvo lógicamente sus secuelas, pues hay que sacar todo el jugo al invento mientras funcione. Hasta la fecha, 2023, se han hecho The Equalizer 2 (2018) y The Equalizer 3 (2023), ambas con Antoine Fuqua y Denzel Washington al frente.

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