Dirección: Edgar Wright.
Guión: Edgar Wright y Simon Pegg.
Música: Steven Price.
Fotografía: Bill Pope.
Reparto: Simon Pegg, Nick Frost, Paddy Considine, Martin Freeman, Eddie Marsan, Rosamund Pike, David Bradley, Pierce Brosnan, Michael Smiley.
Gary King (Simon Pegg), un tipo desempleado e inmaduro, convence a sus amigos de adolescencia para terminar la ruta de pubs que habían empezado el día que terminaron el instituto y que no pudieron completar.
Bienvenidos al fin de mundo (2013) es la última entrega de una trilogía que había comenzado en 2004 con Zombies Party, parodia del subgénero de zombies, y a la que había seguido Arma fatal en el 2007 parodiando las películas policíacas. En esta ocasión es el turno de la ciencia ficción con una comedia tan surrealista como absurda.
La historia tiene dos partes bien diferenciadas. La primera es cuando Gary reúne a sus antiguos compañeros de instituto, Andy (Nick Frost), Steven (Paddy Considine), Oliver (Martin Freeman) y Peter (Eddie Marsan), para intentar completar el recorrido por los pubs de Newton Haven, su ciudad natal, en el que habían fracasado veinte años atrás.
Aquí podemos ver cómo todos han madurado menos Gary, que sigue tan alocado como siempre, sin sentar la cabeza ni dar signos de intentarlo siquiera. Es una parte donde comprendemos el abismo que el tiempo ha ido creando entre los cinco amigos, de manera que comprendemos que el intentar regresar a su época de instituto resulta del todo imposible. En esa ruta de bebida tan solo Gary parece divertirse, mientras que sus compañeros lo siguen sin muchas ganas, en parte por la amistad pasada y en parte por no estropearle la diversión.
Es una primera parte que daba sin duda para mucho más de lo finalmente nos ofrece, pues el director opta por no profundizar en los temas latentes (amistad, madurez, ambiciones, fracasos, rutina, etc.) y se centra sobre todo en las locuras de un Gary tan desatado como patético. Es cierto que se puede argumentar que se trata de una comedia, pero ello no es impedimento para afrontar ciertos temas con humor pero también con cierta profundidad. Sin embargo, ninguno de estos dos elementos está presente y la supuesta comicidad es bastante limitada y un tanto repetitiva.
Afortunadamente, la película da un giro a mitad de la historia y es cuando aparecen los extraterrestres que han invadido el pueblo y suplantado a los habitantes que no se plegaron a sus exigencias. Es ahora cuando la película gira al surrealismo absoluto y se convierte en un film de acción. A su favor hay que decir que la historia gana en dinamismo, con muchas peleas muy bien orquestadas y que además se hacen muy llevaderas al sustituir la sangre por un líquido azul mucho menos impresionante. Esto evita que la cinta se convierta en un espectáculo gore, pues las mutilaciones son realmente constantes.
Además, este giro inesperado añade un cierto elemento de intriga que hace mucha más llevadera la trama en espera del desenlace. Sin embargo, tampoco hay que esperar demasiado del mismo. Siguiendo la tónica superficial y absurda de la historia, el final es tan absurdo como el resto. Y la pena es que tampoco aquí resulta edificante ni gracioso, solo un ejemplo más de un film totalmente disparatado que, sinceramente, me dejó indiferente y un tanto aburrido.
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