Dirección: Henry Hathaway.
Guión: Frank Fenton (Historia: Fred Freiberger y William Tunberg).
Música: Bernard Herrmann.
Fotografía: Milton Krasner y Jorge Stahl, Jr.
Reparto: Gary Cooper, Susan Hayward, Richard Widmark, Hugh Marlowe, Cameron Mitchell, Rita Moreno, Victor Manuel Mendoza.
Mientras aguardan a que el barco que les llevaba a California repare una avería, tres de sus pasajeros, a los que se suma un mexicano, deciden ayudar a una mujer, Leah (Susan Hayward), a rescatar a su marido (Hugh Marlowe) atrapado en una mina de oro.
El jardín del diablo (1954) es un western que se escapa del desarrollo típico de esta clase de aventuras, pues se enfoca más al retrato psicológico de los personajes que a la acción.
La película cuenta el viaje de los cinco protagonistas hasta la mina, donde encuentran herido al marido de Leah y emprenden el regreso acosados por los apaches. Por lo tanto, es un film donde no prima precisamente la acción, salvo en unos concretos minutos al final de la película, y con ello el guión ha de ser muy preciso para que la historia no caiga en la repetición y el aburrimiento. Y la verdad es que no lo consigue, pues a pesar de los esfuerzos en "amenizar" el viaje con diversos incidentes, la película termina siendo repetitiva y un tanto imprecisa a la hora de profundizar en los personajes, y ahí reside su principal debilidad. Porque los protagonistas son definidos de un modo excesivamente esquemático, sin matices; así, de Fiske (Richard Widmark) solamente conoceremos que es un jugador un tanto cínico y que al final mostrará un signo de nobleza, si bien nunca se comprenderán realmente sus razones para ello. Es más, es un personaje bastante pasivo y que no aporta demasiado al desarrollo de la trama, salvo en el desenlace.
Por su parte, Leah se presenta como una mujer manipuladora, que consigue lo que quiere con su atractivo poder sobre los hombres. Pero es algo que manifiesta su esposo sin que el argumento tampoco nos ofrezca una justificación aceptable.
Sobre el personaje de Gary Cooper, Hooker, reina el misterio durante toda la película sobre su pasado, lo que despierta cierta curiosidad, pensando tal vez que se desvele algo importante para la historia. Pero nada de eso sucede. Solamente le confiesa a Leah que en el pasado fue shérif, sin que ello importe demasiado. Lo único que finalmente descubrimos de él es que es una buena persona que terminará junto a Leah, lo cuál tampoco viene precedido ni de un romance abierto ni de la más mínima explicación. Parece más bien una típica concesión al final feliz que parecía exigir que ambos terminaran juntos.
Y tampoco el tema principal, que sería la avaricia de los hombres que acuden a ayudar a Leah pensando en enriquecerse con el oro de la mina, queda muy convincentemente explicado. Se entiende el esfuerzo del guión en subrayar esa idea, pero el mensaje finalmente nos llega carente de la profundidad y del dramatismo necesarios para que resulte un eje importante del relato.
En resumen, una película sin duda con buenas intenciones pero que a la hora de ponerlas en pie peca de vaguedad y superficialidad. No llega a aburrir del todo por la dinámica del viaje y el acecho de los apaches, que crea la suficiente tensión como para mantenernos atentos, pero resulta finalmente un film algo estereotipado y sin nada especialmente memorable, salvo quizá el reparto.
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