Dirección: Lasse Hallstrom.
Guión: Callie Khouri.
Música: Hans Zimmer y Graham Preskett.
Fotografía: Sven Nykvist.
Reparto: Julia Roberts, Dennis Quaid, Robert Duvall, Gena Rowlands, Kyra Sedgwick, Brett Cullen, Haley Aull, Anne Shropshire, Muse Watson.
Cuando Grace (Julia Roberts) descubre que su marido Eddie (Dennis Quaid) la engaña, lo abandona y se refugia en casa de sus padres. Sin embargo, ahí no encontrará la ayuda que necesita.
Algo de qué hablar (1995) afronta el tema de la infidelidad con cierto rigor, escapando de dramatismos excesivos y enfocando el tema con algunas dosis de humor que le sientan bastante bien a la historia.
Además, no se limita al tema de la crisis matrimonial ocasionada por las aventuras del marido, sino que la historia también tiene el acierto de extenderse a otros campos muy interesantes, como los sueños de Grace que quedaron sin realizar a causa de su matrimonio y que ahora se vuelve a plantear con fuerza. Grace comprende que desea tomar las riendas de su vida para no tener que reprocharse nada en el futuro, así que decide retomar sus estudios.
Pero al mismo tiempo, la separación de su marido le lleva a enfrentarse con la educación recibida, donde parece que una buena esposa ha de priorizar temas como sus hijos o el evitar habladurías, y si para ello ha de perdonar algunos deslices de su esposo, así ha de hacerse.
Las intenciones, como se ve, parecen excelentes, pero el problema es que su desarrollo no termina de funcionar. Por un lado, la historia transcurre de manera rutinaria, sin nada realmente excepcional, en parte quizá por la elección de guiar el drama por terrenos tranquilos, manteniéndolo bajo control. Con ello se consigue un discurso apático, demasiado convencional como para despertar pasiones.
Pero además, se respira un aire demasiado moralista, de manera que el guión no se atreve a romper con lo convenientemente correcto y termina llevando el desenlace al terreno que defendían los padres de Grace. De esta manera, con la reconciliación por un lado de los padres de Grace, algo que en cierto sentido se comprende, pero también la Grace y Eddie, menos entendible, se echan por tierra los planteamientos iniciales. Parece que la guionista opta por ofrecernos un final feliz, pero el problema es que desde mi punto de vista el verdadero final feliz consistía en que Grace rehiciera su vida lejos de Eddie y afianzara su libertad e independencia.
Sobre el reparto, nada que objetar. Julia Roberts es una actriz maravillosa que solamente con una mirada lo expresa todo y además contamos con la presencia de Robert Duvall, Gena Rowlands y Kyra Sedgwick con lo que el elenco ofrece garantía absoluta.
Algo de qué hablar es un film interesante, además de ir ganando fuerza conforme avanza la historia, pero no termina de cuajar y se queda en un terreno intermedio entre el drama y la crítica social, el planteamiento avanzado y el apego a lo más convencional. El resultado es demasiado blandito y algo decepcionante.
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