El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 19 de junio de 2023

Olvídate de París



Dirección: Billy Crystal.

Guión: Billy Crystal, Lowell Ganz y Babaloo Mandel.

Música: Marc Shaiman.

Fotografía: Don Burgess.

Reparto: Billy Crystal, Debra Winger, Joe Mantegna, Julie Kavner, Richard Masur, Cathy Moriarty, John Spencer, Cynthia Stevenson, Robert Constanzo, William Hickey.

Para cumplir el deseo de su padre de ser enterrado en Francia, Michael Gordon (Billy Crystal) viaja a París con el féretro. Sin embargo, al llegar le informan que han extraviado el cadáver. Mientras espera que lo encuentren, conoce a Ellen (Debra Winger), empleada de la aerolínea, y se enamoran.

Al frente como director y co-guionista, Billy Crystal nos brinda una comedia romántica cargada de buenas intenciones que, sin embargo, no termina de cuajar.

La historia es bastante sencilla y no muy original: una pareja que se enamora y se casan pero, con el tiempo y los problemas habituales de cualquier convivencia, sufren diversos bajones en la relación hasta  que un cambio de destino profesional de Ellen parece sellar su separación. 

Tal vez para darle un aire más fresco a un argumento poco novedoso, la historia de Michael y Ellen la conocemos a través del relato que sus amigos hacen a una recién llegada al grupo (Cynthia Stevenson). Es una solución que en principio parece interesante y en realidad funciona correctamente, pero las constantes interrupciones en el relato terminan por pasar algo de factura a la historia de la pareja protagonista, pues nos sacan del hilo muy a menudo, lo que rompe a veces el clima y la concentración.

Sin embargo, el principal inconveniente es que el romance de Ellen y Michael carece de pasión y con ello toda la película transcurre en un tono templado, sin lograr emocionarnos ni implicarnos abiertamente. Y en un film romántico es un fallo de considerable importancia, pues se supone que este tipo de historias deberían crear un vínculo bastante potente con los espectadores y no es el caso.

Tampoco el tono de comedia es excesivamente elevado. Los chistes se suceden sin demasiada gracia, de manera que uno llega a pensar que para eso casi hubiera sido mejor adoptar un enfoque más serio y quizá así al menos se habría solucionado el problema anteriormente señalado de falta de intensidad.

A nivel de reparto, la cosa funciona también a medias, aunque no se puede achacar a ninguno de los actores que no cumplan con acierto, salvo Cynthia Stevenson, muy poco convincente. Otra cosa es que nos guste más o menos Billy Crystal, sobre el que recae la parte importante de la película, y que es un actor al que creo que le falta algo, tal vez entusiasmo, energía, pues siempre parece que actuara con el freno de mano puesto.

Resumiendo, Olvídate de París (1995) es una comedia bien planteada, con algunos momentos interesantes, pero algo desangelada. Entretiene, pero no apasiona.

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