El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 14 de junio de 2023

La vecina de al lado



Dirección: Luke Greenfield.

Guión: Stuart Blumberg, David T. Wagner y Brent Goldberg (Historia: David T. Wagner y Brent Goldberg).

Música: Paul Haslinger.

Fotografía: Jamie Anderson.

Reparto: Emile Hirsch, Elisha Cuthbert, Timothy Olyphant, James Remar, Chris Marquette, Paul Dano, Timothy Bottoms, Richard Fancy, Donna Bullock, Laird Stuart.

Matthew (Emile Hirsch) es un buen estudiante en el último curso antes de la universidad, pero la llegada de Danielle (Elisha Cuthbert), una joven muy atractiva, a la casa de enfrente le trastocará toda su vida. 

La vecina de al lado (2004) es una comedia romántica de adolescentes, un poco gamberra en algunos detalles, pero que finalmente opta por un mensaje bastante conservador y moralista.

¿Qué crees que le pasará a un chico de dieciocho años si su nueva vecina es toda una belleza? Pues que caerá rendido a sus pies y será como un muñeco de arcilla en manos de la joven. Más o menos, eso es lo que le sucede a Matthew ante la belleza deslumbrante de Danielle y su desinhibición y sus ganas de pasarlo bien. De la noche a la mañana, Matthew pasa de las clases, se baña de noche en la piscina del director de su escuela y, claro, se enamora locamente de Danielle.

Pero la cosa sería demasiado sencilla si la dejáramos más o menos ahí. Por eso los guionistas, bastante traviesos, convierten a la pícara Danielle en una actriz porno y por ahí se empiezan a complicar las cosas para Matthew que, al enterarse del pasado de su vecina, siente por un lado cierto rechazo pero por otro inevitablemente fantasea con ella. 

Y aquí es donde viene el principal dilema de La vecina de al lado. Los guionistas podrían haber optado por un film gamberro o irreverente o seguir los caminos más convencionales; y al final toman esta segunda dirección. Con ello, la cinta se vuelve muy moralista, lo que sin duda molestará a los que esperaban algo más radical. 

Por este camino veremos cómo el amor de Matthew, con la entrega y la fuerza que tiene en los jóvenes inexpertos, conseguirá redimir a Danielle, apartarla del mal camino (su carrera de actriz porno) y proporcionarle las experiencias de toda jovencita que no pudo disfrutar en su momento, como asistir al baile de graduación.

Hay también el malo de turno, el productor de películas porno Kelly (Timothy Oliphant), antiguo novio de Danielle, que aporta algunos de los momentos más interesantes de la cinta, pues es el típico chulo caradura que se mueve como pez en el agua en medio de la timorata comunidad estudiantil. Además, Timothy Oliphant está perfecto en su papel y dentro de su rol de malote resulta realmente simpático.

En cuanto a Emile Hirsch, creo que está perfecto en el papel y encaja muy bien por su aspecto de niño bueno superado por los acontecimientos. De Elisha Cuthbert solamente hay que reconocer que está realmente hermosa y justifica que su pobre vecino pierda la cabeza por completo. 

Quizá donde más pegas se le pueda poner a la película es con el desenlace, donde el guión cuadra de manera perfecta, demasiado perfecta para mi gusto, todos los conflictos planteados. Es verdad que el giro que le dan a la peli porno que parecían montar Matthew y sus colegas resulta bastante ingenioso, pero en conjunto el desenlace creo que peca de demasiado moralista. Se entiende, sin embargo, con el tono de comedia blanda de la cinta y otro desenlace puede que desentonase más, pero al final molesta un poco la falta de decisión para llevar la historia a terrenos menos puritanos y el forzar el encaje perfecto de todas las piezas.

En todo caso, La vecina de al lado es una historia ciertamente amena que dentro de su ligereza presenta algunos detalles interesantes, como un buen acercamiento al mundo estudiantil, con los diferentes tipos de personalidades bastante bien reflejados, y la satisfacción de ver como los menos populares de los estudiantes acaban triunfando sobre los guaperas de turno. También se muestran de pasada los vicios ocultos de las personas de bien, aunque está claro que la finalidad de la película no es adentrarse en la crítica social.

No estamos ante una gran película, pero sí que creo que está por encima de las comedias de ese mismo estilo porque no trata a los personajes como idiotas, que suele ser el recurso para intentar provocar la risa en muchas comedias, por lo que la clave de su humor es un poco más elaborada. Además, hemos de reconocer que el tema de la vecina da mucho juego y está bastante bien explotado, en su justa medida.

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