El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 6 de junio de 2023

El hombre de la pistola de oro



Dirección: Guy Hamilton.

Guión: Richard Maibaum y Tom Mankiewicz.

Música: John Barry.

Fotografía: Ted Moore y Oswald Morris.

Reparto: Roger Moore, Christopher Lee, Britt Ekland, Maud Adams, Hervé Villechaize, Richard Loo, Soon-Taik Oh, Marc Lawrence, Lois Maxwell, Marne Maitland,  Clifton James.

Francisco Scaramanga (Christopher Lee), un temible asesino a sueldo, parece que se ha propuesto eliminar a James Bond (Roger Moore). Por ello, el agente 007 decide intentar anticiparse a sus planes.

El hombre de la pistola de oro (1974) era la novena entrega de la saga de James Bond y la segunda película protagonizada por Roger Moore, sin duda un actor que no tiene la fuerza ni el carisma de Sean Connery, a pesar de lo cuál interpretó dos de las películas más conseguidas de la saga, ésta misma y la anterior, su debut como James Bond, Vive y deja morir (Guy Hamilton, 1973).

El hombre de la pistola de oro destaca por varios motivos. Por un lado, el argumento tiene algunos detalles novedosas, como el hecho de que Bond persigue a Scaramanga simplemente para evitar que lo mate. El detalle de que el villano esté detrás de un invento para obtener electricidad del sol, que en otros casos sería el eje de la historia, resulta aquí un mero añadido secundario.

Además, la película se beneficia con uno de los malvados mas logrados de la saga. Por un lado, es una especie de James Bond pero en el bando de los villanos; también refinado, elegante y el mejor en su profesión. El guión se encarga de definirlo con detalle, de manera que no es un mero villano megalómano sin más, sino una persona con los conceptos muy claros y siempre con la cabeza fría. Pero además, escogieron a un actor de la talla de Christopher Lee para encarnarlo, con lo que el personaje tiene una fuerza especial gracias a este gran actor que, por cierto, era primo de Ian Fleming, el creador del personaje de 007.

La historia además resulta apasionante, aprovechando la presencia en Asia con peleas de kárate y una dosis de intriga muy acertada, culminada por el maravilloso duelo final en unos parajes de ensueño en Phukett (Tailandia). 

El hombre de la pistola de oro también destaca por sus dosis de humor, más allá del típico cinismo de Bond, que encuentro un tanto repetitivo y no muy original. Pero en esta ocasión, aparecen dos personajes cómicos impagables: la maravillosa Goodnight (Britt Ekland), agente secreta rematadamente torpe, y J. W. Pepper (Clifton James), shérif de Louisiana de vacaciones en Tailandia que participa con 007 en una trepidante persecución, de lo mejor de la cinta. Este personaje ya había aparecido en Vive y deja morir, también en una secuencia realmente buena, lo que imagino que llevaría a los guionistas a aprovechar el potencial del personaje en esta nueva entrega.

Sin embargo, y no entiendo realmente el motivo, el guión introduce algunos detalles sobre la figura de James Bond un tanto dudosos, especialmente vistos hoy en día. El primer detalle es la crueldad con la que interroga a la señorita Anders (Maud Adams), con bofetada incluida, y que parece una escena gratuita y del todo excesiva. El segundo detalle es su falta de cortesía en la pelea de kárate, golpeando a su adversario cuando lo saludaba, seguramente con la idea de destacar la picardía de 007. Ambos detalles no dejan a nuestro héroe en muy buen lugar y me parecen un error tremendo.

Dejando de lado esto, El hombre de la pistola de oro es una película memorable en la serie, con algunos de los momentos y algunas imágenes (como la muerte de la señorita Anders, por ejemplo) que figuran entre lo mejor de la saga.

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