El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 18 de junio de 2023

El invitado



Dirección: Laurent Bouhnik.

Guión: David Pharao (Obra: David Pharao).

Música: Alexandre Mahout.

Fotografía: Jean-Paul Agostini.

Reparto: Daniel Auteuil, Valérie Lemercier, Thierry Lhermitte, Hippolyte Girardot, Arthus de Penguern, Mar Sodupe.

Tras tres años parado, Gerard (Daniel Auteuil) por fin encuentra trabajo. Pero cuando su vecino Alexandre (Thierry Lhermitte) se entera que uno de sus jefes irá a cenar a su casa, intentará ayudar a Gerard para que la cena sea un éxito.

Para que una comedia funcione es indispensable que se asiente en un buen guión que cree una historia interesante y la desarrolle de manera precisa y graciosa. Y sinceramente, en El invitado no se dan estas circunstancias.

La película es una adaptación de una obra de teatro, lo cuál no tiene porque ser ni bueno ni malo, sencillamente creo que el problema es que la historia no está muy bien aprovechada. 

Por una lado, la situación tiene un punto de interés: el recién contratado que ha de pasar la prueba de la visita de uno de los jefes a su casa para cenar. Lógicamente, no se trata de una visita inocente, como muy bien remarca Alexandre y han de causar buena impresión.

El principal inconveniente es que a partir de esa premisa todo el desarrollo es demasiado previsible, ya que no contiene nada realmente original. Así, Gerard y su esposa Colette (Valérie Lemercier) son presentados como personas no muy cultas, patosas y sin nociones de etiqueta. En cambio su vecino, Alexandre, parece ser la solución perfecta, pues estuvo en una empresa de asesoramiento y parece poder aportar los consejos que sus vecinos necesitan para que la cena salga perfecta.

Este planteamiento resulta demasiado banal y los personajes son escasamente convincentes, quedando más a un nivel de caricatura. Pero aún así, el principal problema es que no se producen situaciones realmente divertidas, ni diálogos con chispa. El desarrollo es rutinario y el único recurso que parece ocurrírsele al director para aportar algo de sal a la historia es la música, echando mano de temas populares franceses, lo cuál no resulta especialmente divertido y menos cuando en algunos momentos la banda sonora llega a resultar hasta molesta e innecesaria. Y con otro inconveniente añadido: al público que desconozca la música popular francesa no le dirán nada los temas elegidos. 

Tampoco el desenlace ofrece nada original y acaba por ser tan obvio y escasamente imaginativo que, en consonancia con el desarrollo precedente, vuelve a dejar la sensación de un guión falto de ideas, torpe en el desarrollo y plagado de clichés sin gracia.

Es verdad que el trío de actores resulta bastante convincente, pero poco pueden hacer ellos solos si no tienen un argumento con gracia. 

Definitivamente, una película bastante mediocre que a duras penas logra sacarnos alguna sonrisa casi sin querer.

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