Dirección: Massy Tadjedin.
Guión: Massy Tadjedin.
Música: Clint Mansell.
Fotografía: Peter Deming.
Reparto: Keira Knightley, Sam Worthington, Eva Mendes, Guillaume Canet, Griffin Dunne, Stephanie Romanov, Scott Adsit, Daniel Eric Gold, Steve Antonucci.
Al conocer a Laura (Eva Mendes), la nueva compañera de trabajo de su marido Michael (Sam Worthington), Joanna (Keira Knightley) se enfada con él convencida de que Michael se siente atraído por ella. Al día siguiente, mientras Michael está ausente por trabajo, Alex (Guillaume Canet), su antiguo amor, se presenta de visita y queda con ella esa noche.
En medio de un cine actual tendente a las películas de acción y de superhéroes es de agradecer una propuesta tan diferente como Sólo una noche (2010), donde se afronta el tema de las relaciones de pareja y el peligro de la infidelidad de una manera bastante seria, sin buscar el enfoque morboso o efectista, sino intentando que el relato sea lo más sincero y profundo posible.
Y Massy Tadjedin, que debuta como directora con esta cinta, está cerca de conseguir sus propósitos. Para empezar, su puesta en escena es sumamente sencilla, pero al mismo tiempo elegante, de manera que no resta protagonismo a lo esencial de la película pero sí que le da un contexto hermoso. Además, creo que la elección de los actores resulta bastante acertada. Keira Knightley, con su peculiar encanto, es una actriz sólida y le da a su personaje una entidad incuestionable, lo mismo que Guillaume Canet, que desprende encanto de manera natural. Sam Worthington, sin embargo, es menos eficaz en su trabajo y encuentro que solo aporta un atractivo evidente, pero sin demasiado carisma. En cuanto a Eva Mendes está claro que encaja a la perfección como objeto del deseo de Michael, pues su atractivo resulta más que evidente.
En cambio, donde encuentro que la película flojea más es en el argumento, especialmente en algunas escenas que no acaban de entenderse demasiado bien. En especial la de la cena de Joanna con Alex y el matrimonio amigo de él; pues el interrogatorio al que somete Truman (Griffin Dunne) a Joanna resulta del todo inconcebible para un desconocido que, sin venir a cuento, da por sentado que el hecho de que ella esté cenado con Alex implica que vayan a acostarse esa noche. Se puede entender como una manera de conseguir adentrar al espectador en el conflicto de Joanna, pero no me parece la manera más sutil o inteligente de hacerlo.
Por lo demás, el montaje paralelo con las veladas de ambos cónyuges está muy bien desarrollado y además el guión mantiene inteligentemente la intriga de qué pasará finalmente, si alguno de los dos caerá en la tentación y engañará al otro.
Incluso el hecho de que solamente sea Michael quien finalmente es infiel, sin la necesidad de hacer lo mismo con Joanna, me parece un recurso muy inteligente, pues deja abierta la duda de cómo se puede resolver el problema si al final él se confiesa con su mujer y evita equilibrar la balanza, lo que restaría interés al problema.
Y el desenlace me pareció sin duda lo mejor de la película. Acostumbrados a finales donde se nos da todo masticado y explicado, me parece que permitir que las cosas queden en el aire es lo más acertado, pues es una manera de dejar abierta la historia e implicar a los espectadores en las conclusiones, donde cada uno puede imaginar la resolución que más le apetezca.
Pero también me parece clara una cosa: que Joanna no se acueste con Alex implica solamente que no hubo infidelidad física, pero habría que preguntarse si el juego de ella esa noche no implica también cierta traición a su marido. Si al final ella es fuerte y evita la tentación, algo más sencillo para una mujer, es porque no podría mirar a la cara a Michael, pero no porque no quisiera acostarse con Alex. O al menos, queda la duda.
Más allá de ello, lo importante es la seriedad cómo se enfoca el tema de la fidelidad, sin llevar el asunto al terrenos más peliculeros pero menos comprometidos. El relato sabe ahondar en las dudas de los protagonistas, pone a prueba su integridad y el resultado me parece bastante sólido y, sobre todo, que deja abiertas las puertas a muchas reflexiones interesantes, lo que se agradece en una época en que el cine suele ir por otros derroteros.
Seguramente el tema podría dar para un mejor planteamiento, pero en líneas generales me parece una película muy interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario