Dirección: Richard Marquand.
Guión: George Lucas y Lawrence Kasdan.
Música: John Williams.
Fotografía: Alan Hume y Alec Mills.
Reparto: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Billy Dee Williams, Anthony Daniels, David Prowse, Kenny Baker, Peter Mayhew, Sebastian Shaw, Ian McDiarmid, Frank Oz, Alec Guinness.
Luke Skywalker (Mark Hamill) intenta rescatar a Han Solo (Harrison Ford) de las garras de Jabba, el Hutt. Mientras, el Imperio ha comenzado a construir una nueva estación espacial armada, más poderosa que la Estrella de la Muerte.
El retorno del Jedi (1983) se presentaba como la culminación de la épica historia del enfrentamiento de los rebeldes contra el Imperio. Como en toda buena película que se precie, el desenlace debe ser la parte más potente, el culmen de la aventura. Por desgracia, en este caso es todo lo contrario.
El principal problema de El retorno del Jedi es que el guión sufre un descenso de calidad notable y lo que era una historia con tintes más que interesantes se convierte, en el peor momento, en un cuento que tira más hacia lo cómico que hacia la épica. Parece más una entrega pensada para un público infantil, con más proliferación de criaturas simpáticas que aterradoras.
Pero el descenso es también notable en unos diálogos poco creíbles y que caen en la repetición sin sonrojo alguno, lo que queda muy patente en el enfrentamiento de Luke con Darth Vader (David Prowse) y el Emperador (Ian McDiarmid), que resulta casi patético por la escasa credibilidad de las conversaciones, además de ser palpablemente previsible. También los diálogos entre Leia (Carrie Fisher) y Han Solo caen a un nivel bastante infantil.
Si con el descubrimiento de que Darth Vader era el padre de Luke en El imperio contraataca (1980) ya rozábamos la telenovela, ahora se completa el folletín al desvelarse que Leia, con quien Luke había tenido sus escarceos amorosos, es la hermana melliza de éste. Una saga que podría tener tintes grandiosos parece quedar reducida a un enfrentamiento familiar.
Otro error manifiesto es repetir el desenlace de la primera entrega, Una nueva esperanza (1977), nueva prueba de un guión que parece estancarse sin capacidad para crear un alternativa a lo ya conocido. Además, la comparación entre los dos ataques a la estación de combate dejan el de esta entrega en muy mal lugar al lado del de la primera.
En definitiva, una película decepcionante que, si bien sigue conservando la gracia de ese universo tan peculiar y unos combates muy bien escenificados, gracias a unos efectos especiales muy potentes, parece haber entrado en una tendencia a la repetición y a la infantilización que dejan en muy poco los buenos augurios de Una nueva esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario