El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 24 de junio de 2023

Arizona Baby



Dirección: Joel Coen.

Guión: Joel Coen y Ethan Coen.

Música: Carter Burwell.

Fotografía: Barry Sonnenfeld.

Reparto: Nicolas Cage, Holly Hunter, Trey Wilson, John Goodman, William Forsythe, Sam McMurray, Frances McDormand, Randall "Tex" Cobb. 

H.I. (Nicolas Cage) es un atracador de poca monta al que siempre acaban pillando, con lo que sus visitas a la cárcel son muy frecuentes. Y es así como acaba enamorándose de la oficial de policía Edwina (Holly Hunter), encargada de ficharlo en cada una de sus visitas a prisión.

Segundo largometraje de los Coen, tras Sangre fácil (1985), Arizona Baby (1987) es una comedia negra algo irregular pero donde se apuntan ya algunos elementos que serán las señas de identidad de estos originales hermanos.

La historia gira alrededor de una pareja imposible, el ladrón y su carcelera, que desean formar una familia pero descubren que no pueden tener hijos. Desesperados, encuentran la solución secuestrando a unos de los cinco hijos de un empresario. A partir de ahí, se sucederán una serie de incidentes propiciados por la cuantiosa recompensa ofrecida por los padres del bebé.

Como suele ser habitual con los Coen, los personajes de Arizona Baby son claramente perdedores: H.I. no para de cometer los mismos errores una y otra vez, es un pobre hombre sin cerebro aunque, en el fondo, es una buena persona. Edwina por su parte no tiene los pies en la tierra. Se casa con un maleante sin futuro y encima deja su empleo de policía y como no puede tener hijos opta por la peor solución: secuestrar un bebé, algo que no puede acabar bien, se mire como se mire.

Sin embargo, a pesar de sus defectos, limitaciones y torpezas, la mirada de los Coen hacia esta pareja es benévola, tierna. En realidad, comprendemos que son buenas personas actuando equivocadamente, pero sin maldad, simplemente toman una decisión errónea por desesperación y falta de luces. Pero cuando comprenden su error, buscarán la manera de enmendarlo y ahí sacan a relucir su honestidad y su coraje, dispuestos a cualquier cosa por el bien del bebé.

Sin duda, es una mirada tierna hacia la gente marginal, los pobres diablos que no dan salido del pozo, que sueñan con una felicidad que parece estar fuera de su alcance. Y la verdad es que tanto Nicolas Cage como Holly Hunter realizan un trabajo admirable; especialmente ella, conmovedora en los momentos que lo requieren y con una determinación maravillosa cuando ha de sacar sus garras. Me ha parecido un trabajo espectacular el suyo.

Pero además del conflicto principal, la mirada crítica de los hermanos Coen se detiene también en un sistema penitenciario ineficaz, o en la explotación de los trabajadores o la irresponsabilidad de algunos padres. Pero siempre con ese humor surrealista, extraño, muy negro muchas veces y que constituye la seña de identidad de su filmografía. Un toque realmente original que transforma cada relato en algo realmente único y muy personal.

Es cierto que no toda la película consigue alcanzar un mismo nivel de calidad, pero hay suficientes momentos realmente memorables, como el robo en el supermercado por parte de H.I. y la posterior persecución, con jauría de perros incluida, o el robo al banco con bebé incluido, realmente disparatado y delirante.

Sin duda, Arizona Baby está aún lejos de las grandes películas de los Coen, como Fargo (1996) o El gran Lebowski (1998), verdaderas obras maestras, pero ya apuntaba por dónde iban los tiros y aún con sus defectos es una comedia realmente divertida.

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