El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 9 de mayo de 2023

El valle de la venganza



Dirección: Richard Thorpe.

Guión: Irving Ravetch (Novela: Luke Short).

Música: Rudolph G. Kopp.

Fotografía: George J. Folsey.

Reparto: Burt Lancaster, Robert Walker, Joanne Dru, Sally Forrest, John Ireland, Carleton Carpenter, Ray Collins, Ted de Corsia.

Owen (Burt Lancaster), hijo adoptivo del ranchero Arch Strobie (Ray Collins), ha sacado siempre a su hermano adoptivo Lee (Robert Walker) de todos los líos en que se metía. El último, dejar embarazada a la joven Lilly (Sally Forrest).

El valle de la venganza (1951) es un western cuyo problema principal es que peca de estereotipado, de manera que el argumento resulta demasiado evidente, con lo que no depara ninguna sorpresa ni en su desarrollo ni en su desenlace.

Los personajes son demasiado simples en su esencia y por aquí es por donde empieza a hacer aguas la historia. Owen es un héroe intachable: es noble, fiel a su padre adoptivo y agradecido de manera que si ha de sacrificarse en bien de Arch no duda en hacerlo, incluso ayudando a su hijo Lee aunque no se lo merezca. Lee es el arquetipo de hijo mal criado, envidioso y mentiroso. Y por ser un arquetipo es por lo que resulta muy poco convincente y extraña aún más que, viendo todas las maldades que es capaz de hacer y su cobardía, haya logrado casarse con una tan buena mujer como Jen (Joanne Dru), suponemos que a base de engaños, porque sino resulta incomprensible que ella pudiera ver algo bueno en él.

Una vez conocidos los personajes, es fácil adivinar el conflicto que surgirá entre Owen y Lee y cómo éste se aprovechará hasta el último minuto de la confianza y la lealtad de Owen, incapaz de anticipar la traición. Pero de la misma manera que los personajes son demasiado sencillos, tampoco el desenlace resulta muy novedoso e incluso resulta demasiado simple en su desarrollo y en la facilidad con la que Arch acepta los hechos, dejando de nuevo la impresión de un guión sin profundidad ni mucho ingenio.

El elemento más novedoso lo tenemos en la figura de la madre soltera, Lilly (Sally Forrest), que al menos sí que es un tema original y sirve de base para desarrollar el drama familiar en torno a Lee, Owen y Jen. Aunque también es verdad que el tema de los hermanos de Lilly buscando conocer al padre del niño para obligarlo a aceptar su responsabilidad no termina tampoco de explotarse convenientemente.

En definitiva, un western que no sabe innovar en cuanto a argumento y con un desarrollo demasiado básico como para resultar apasionante. Se salva por la presencia de Burt Lancaster, Joanne Dru y Robert Walker, que sin duda le aportan cierta nota de calidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario