El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 29 de mayo de 2023

Encuentro en la noche


Dirección: Fritz Lang.

Guión: Alfred Hayes (Obra: Clifforf Odets).

Música: Roy Webb.

Fotografía: Nicholas Musuraca (B&W).

Reparto: Barbara Stanwyck, Paul Douglas, Robert Ryan, Marilyn Monroe, J. Carrol Nash, Silvio Minciotti, Keith Andes. 

Tras una larga ausencia Mae Doyle (Barbara Stanwyck) regresa a su ciudad natal. Allí conocerá a Jerry (Paul Douglas), un buen hombre que se enamorará de ella, y a su amigo Earl (Robert Ryan), por el que sentirá antipatía.

Encuentro en la noche (1952) es un interesante drama que se adentra en la naturaleza humana, sus deseos y sus contradicciones y el resultado parece ser poco reconfortante.

La historia gira en torno a un triángulo formado por Mae, una mujer que regresa al pueblo donde nació derrotada, tras ver como sus ilusiones cuando abandonó su ciudad no se han materializado; Jerry, un pescador bonachón e inocente que se enamora sinceramente de Mae, aunque ella reconoce de inmediato el peligro que corre ese buen hombre a su lado; y Earl, un tipo desengañado y cínico, muy parecido en el fondo a Mae, de ahí que a ella no le guste en absoluto, si bien en el fondo sabe que un tipo así la atrae sin remedio.

A pesar de sus temores, Mae decide casarse con Jerry en una especie de apuesta arriesgada. Él le dará la protección y el cariño que necesita y ella, aún sin amarlo, luchará para hacer algo bien de una vez por todas. Pero sus buenas intenciones no lograrán imponerse a su naturaleza. Ella parece preferir el riesgo y ante el acoso de Earl terminará cediendo a sus impulsos más profundos, aún sabiendo que su comportamiento es injusto hacia Jerry, injusto e injustificable.

Con un origen teatral que Fritz Lang disimula con acierto, dándole un dinamismo a la puesta en escena innegable y con el recurso, algo infantil visto hoy en día, de la metáfora de las nubes y las olas para anunciar los conflictos emocionales de los protagonistas, Encuentro en la noche tiene la virtud de exponer los problemas afectivos de los tres protagonistas muy acertadamente, sin caer en los dramas excesivos, lo que podría resultar más efectivo de cara al espectador, pero seguramente menos convincente.

La clave está en la búsqueda de la felicidad por parte de Mae y Earl, que se basa en un enfoque decididamente egoísta. El resultado es que no les importa el daño que puedan hacer, que se justifica por lo que consideran una aspiración legítima a ser felices. Sin embargo, algo ha cambiado para Mae en el presente: Jerry es un buen hombre y la ha amado con nobleza y sin reproches, y además, ahora Mae es madre, lo que también le da una perspectiva diferente de su papel en el mundo. Por eso, sus prioridades cambian y ya no puede justificar su deseo de felicidad tan sencillamente como antes. Además, Mae se da cuenta que siguiendo sus impulsos tampoco ha conseguido ser feliz y por ello decide, por primera vez en su vida, hacer lo que debe, por encima de sus caprichos. Tal vez así pueda estar en paz consigo misma.

Como se ve, un conflicto intenso y profundo que además cobra una fuerza superior con la magnífica Barbara Stanwyck, una de esas actrices con tanta personalidad que llena la pantalla.

Tal vez el problema principal de la película, que le impide alcanzar un nivel superior, sea el exceso de metraje, con escenas que no aportan demasiado al drama central. Pero incluso los momentos más decisivos de la historia tampoco se desarrollan con la agilidad necesaria, de manera que algunas escenas clave parecen pedir a gritos más concreción, pues se alargan con diálogos algo redundantes que restan fuerza a la escena.

Aún sin alcanzar la excelencia, Encuentro en la noche me parece un drama muy interesante sobre las relaciones humanas, con unos personajes realmente muy bien diseñados, algo que por desgracia parece haberse perdido con frecuencia en el cine actual.

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