Dirección: Jim Wilson.
Guión: Theresa Marie.
Música: Christopher Young.
Fotografía: Richard Bowen.
Reparto: Harvey Keitel, Cameron Diaz, Craig Sheffer, Billy Zane, Shay Duffin.
Nathalie (Cameron Diaz) está felizmente casada con George (Harvey Keitel), a pesar de ser mucho más mayor que ella. Un día que George sale a pescar con Lanza (Craig Sheffer), su vecino y amigo de la infancia de Nathalie, esta recibe la visita sorpresa de Kent (Billy Zane), un antiguo novio.
Comedia negra bastante sorprendente, Solamente se vive una vez (1996) tiene todos los elementos para resultar un film muy interesante pero el guión no consigue exprimir del todo el argumento.
Quizá lo mejor que se puede decir de la película es que su historia es tan retorcida que nunca sabemos con seguridad qué es lo que nos va a deparar la siguiente escena, de manera que vamos de sorpresa en sorpresa, incluido el desenlace, con los mejores momentos de la película.
El principal inconveniente es precisamente el propio guión, tan original que nos mantiene un tanto despistados durante demasiado tiempo. Así, durante todo el comienzo del film, con la muerte de Kent incluida, no sabemos muy bien de qué va la historia, de manera que estamos más pendientes de encontrarle sentido que de disfrutarla. Habría sido necesario ponernos sobre la pista mucho antes, para saborear mejor toda esta parte, que hace durar demasiado nuestro despiste.
Una vez dentro de la historia, cuando intuimos cuál es realmente el problema de George, entonces sí que empezamos a disfrutar de la historia, sufriendo con Nathalie el cúmulo de sorpresas y sustos que pasa a manos de un George desquiciado. Además, como ya estamos metidos en faena y hemos comprendido lo surrealista del argumento, no nos sorprenden los sucesivos acontecimientos que nos llevan a replantearnos las conclusiones una y otra vez. Sin duda, si esto hubiera sucedido desde el principio estaríamos hablando de un film redondo, pero por desgracia no es así.
Porque es cierto que el argumento es rico en sucesos, con puntos de humor muy negro bien hilvanados, pero en el fondo falta algo más de profundidad a la hora de plantear el misterio, tal vez dándole algo más de dramatismo en los momentos clave, tal vez definiendo mejor a los personajes, que de tan sorprendentes terminan siendo poco creíbles, un tanto irreales. Y es que aunque el argumento sea extravagante y llevado al límite, creo que nunca se debe perder el norte, hay que hacer creíble lo increíble, pues es la mejor manera de sacarle todo el jugo a la historia, lo que no se consigue del todo.
Así pues, estamos ante un film realmente curioso y sorprendente, pero que no termina de funcionar del todo bien. Keitel, como de costumbre, muy bueno y Cameron Diaz arrebatadora, con lo que entiendo que su marido no pudiera dormir tranquilo.
Aclarar que se trata de un remake de un film noruego de 1993, La cabeza sobre el agua (Nils Gaup).
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