Dirección: Dean Parisot.
Guión: David Howard y Robert Gordon.
Música: David Newman.
Fotografía: Jerzy Zielinski.
Reparto: Tim Allen, Sigourney Weaver, Alan Rickman, Tony Shalhoub, Sam Rockwell, Daryl Mitchell, Enrico Colantoni, Robin Sachs, Patrick Breen, Jed Rees.
Los protagonistas de una serie de ciencia ficción cancelada hace años mantienen cierta notoriedad asistiendo a convenciones de fans. En uno de esos eventos, unos auténticos extraterrestres acuden a solicitar su ayuda convencidos de que la serie que han visto es en realidad un documento histórico y, por lo tanto, los protagonistas no son actores, sino auténticos héroes.
Héroes fuera de órbita (1999) es una comedia descabellada que rinde una especie de tributo a la mítica Star Treck.
La idea de una civilización extraterrestre suficientemente avanzada técnicamente como para poder viajar hasta la Tierra, pero mentalmente en un estado de inocencia tan elevado como tomar una serie como un documento histórico, es la base para esta comedia surrealista e increíblemente infantil. No estamos ante una gran película, es cierto, pero en su simplicidad y ausencia de grandes pretensiones fundamenta su eficacia.
Lógicamente, con un argumento tan descabellado es imposible tomarse nada en serio y todas las aventuras de nuestros actores convertidos en héroes accidentales son absurdas, pero dentro de esta fantasía tienen sin embargo un punto de emoción que nos mantiene pegados a la pantalla, disfrutando y sufriendo a partes iguales de esta aventura galáctica.
Es verdad que el argumento, dentro de su originalidad, sigue fiel a un esquema de las películas de aventuras que hemos visto mil veces, de ahí que no nos podemos esperar ninguna sorpresa, más allá de las originales criaturas que pueblan la historia, como el monstruo confeccionado con piedras, realmente genial. Todo lo demás, en cuanto a argumento y desarrollo, es muy simple y apegado a estereotipos muy frecuentes.
La gracia y el interés de la película reside en ver a unos actores venidos a menos, desengañados y aburridos de sus fans y de la repetición de unos papeles que ya no tienen mucho sentido para ellos, convertidos en héroes a los ojos de unos visitantes con la mentalidad de niños. De esta manera, si buscamos más allá de la evidencia, podremos ver un bonito homenaje a los héroes de la infancia que, a pesar de los años transcurridos, siempre tienen algo mágico para el que los disfrutó siendo un niño. Es algo que nos pasa a todos con aquellas series o películas que nos marcaron en algún momento de nuestra infancia.
Motivados por esa admiración infantil, los actores no solo recuperan su amor propio, sino que incluso son capaces de arriesgar sus vidas ayudando a los extraterrestres en peligro. Este bonito mensaje es seguramente lo más reseñable de la película que, con momentos divertidos, no deja de ser un pasatiempo bastante rudimentario. Cuenta, eso sí, con un buen reparto que es lo que salva el relato y le da cierta dignidad que, en manos de otros actores, seguramente hubiera resultado mucho más penoso.
En resumidas cuentas, Héroes fuera de órbita no es una comedia especialmente inspirada ni un film de aventuras novedoso, salvo por lo disparatado del punto de partida, pero funciona como un pasatiempo inocente y sin pretensiones, haciéndonos pasar un rato entretenido con una historia que se pasa tan rápidamente que no tendremos tiempo de aburrirnos ni arrepentirnos de verla.
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